El tiempo por primera vez se ha detenido en
 su constante ambular, aunque todo es tan sutil y tan difícil
 de advertir; aun para ti mismo. Y tú has nacido a la realidad
 exactamente en ese instante. El embarazo ha llegado a su fin y se ha
 producido tu alumbramiento, al que los sabios llamaban la hora de la
 muerte. Tu creación, no la mera sucesión de espacios
 y tiempos indefinidos, sino tu auténtico ser, tu identidad.
 No nacida ni de la carne ni de la sangre y ni siquiera de querer de
 hombre. Has roto lo que te limitaba al tomar conciencia de ti y todo
 se ha realizado simultáneamente. Has sido tu padre y tu madre
 y la creatura. Te has tallado un nuevo rostro que tú has elegido
 por obra de la gracia. Te has moldeado haciendo una obra de arte contigo
 a tu imagen y semejanza.
 
 
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