PRESENCIA VIVA DE LA CABALA
FEDERICO GONZALEZ - MIREIA VALLS
CAPITULO V
LA CABALA DE SAFED (cont.)

Hayyim Vital (fin)
A continuación publicamos fragmentos –como acabamos de hacer– del más importante de estos textos, la cuarta parte, en donde Vital nos cuenta de lo que le dijo Luria sobre su alma, y que va desarrollando una cosmogonía precisa que hay que estudiar puntualmente, la que por su número de páginas no podemos publicar aquí completa, aunque ese hubiese sido nuestro gusto.

Cosas que me dijo mi maestro acerca de mi alma

Estas son las cosas que mi maestro, bendito sea, me dijo que me conciernen y el origen de mi Alma.

1. En el Rosh Hadesh Adar (el primer día del año) del año 5331 [1571], él me dijo que empezó a obtener su comprensión cuando estaba en Egipto. Allí, le fue indicado venir a la ciudad de Safed porque yo, Hayyim, vivía allí, a fin de instruirme. Me dijo que vino a vivir en Safed, Dios quiera se reconstruya y reestablezca velozmente, sólo por mí y por nadie más. No sólo eso, pues la razón principal de esta transmigración esta vez era sólo por mí, para completarme. Él no vino por causa de sus propias necesidades, pues él no tenía necesidad de venir.

Él también me dijo que no requería enseñarle a ninguna otra persona que a mí, y cuando yo hubiese aprendido ya no habría razón para que él se quedara en este mundo.

También me dijo que la esencia de mi Alma estaba en un plano más elevado que numerosos ángeles muy exaltados y que yo sería capaz de ascender con mi Alma, por medio de mis actos, más alto que el firmamento de Aravot.265

2. Le pedí que me informara sobre mi Alma, pero no quiso revelar todos los detalles. En efecto, me dijo lo siguiente en términos generales:

Anteriormente fui el Rabbí Vidal de Tolosa, autor del Sefer Maggid Mishneh, y su nombre fue el mismo que el mío ahora. Después, transmigré en un hombre llamado R. Joshua Soriano. Él era rico, longevo, caritativo y frecuentaba la sinagoga por la mañana y por la noche. Más tarde, transmigré en un niño cuyo nombre era Abraham, quien tenía trece años y murió a los catorce. Finalmente, he venido a esta transmigración en este tiempo y mi nombre es Hayyim, como fue el nombre del primer Don Vidal, autor del Maggid Mishneh. Me dijo que si necesitaba trasmigrar nuevamente, la razón sería porque, en una de mis primeras transmigraciones, no creía mucho en la sabiduría del Zohar. De sus palabras comprendí que esto sucedió durante la transmigración cuando fui [el autor del] Maggid Mishneh, pero no quiso revelar el asunto.

Me dijo que la primera cosa que necesitaba reparar en esta transmigración era el ocuparme de la sabiduría del Zohar.

También me dijo que cuando estuve en la transmigración del [autor del] Maggid Mishneh, era un profundo estudiante de filosofía. Por lo tanto, no tengo deseo de comprometerme en el estudio de la filosofía, por ahora. Igualmente, me dijo que todas estas transmigraciones son sólo desde el aspecto de mi Animus [Nefesh], pero los aspectos del Espíritu [Ruah] y del Alma [Neshamah] tienen diferentes incumbencias de otras transmigraciones.266

3. También me dijo que cuando yo tenía trece años, el Animus de R. Eleazar ben Arakh, el discípulo de Rabban Johanan ben Zakkai, bendito sea, se impregnó en mí a través del secreto de la impregnación.267 Más tarde, cuando tenía veinte años, el Animus de R. Eleazar ben Shammua, el discípulo de R. Akiva, bendito sea, se impregnó en mí. En vista de que él fue uno de los diez mártires, sus méritos fueron mayores que los del R. Eleazar ben Arakh. Ahora, en el año 5331 [1571], cuando tengo veintinueve años, el Espíritu de Rabbi Akiva se encuentra revoloteando sobre mí y rodeándome a fin de ser impregnado dentro de mí, con mi Animus.

4. Después, en el primer día intermedio de la Pascua, fui con él a un pueblo llamado Akhbara y allí, en el huerto, entramos en la cueva de R. Yannai. Un arroyo fluía afuera de la entrada de la cueva y la entrada era muy estrecha.

Me dijo que R. Yannai no era el único que estaba enterrado allí. Sin embargo, R. Dostai y R. Nahorai no están enterrados allí –como está escrito en el Sefer Yihus Zaddiqim.

Allí, su Animus se unió al Animus de R. Yannai y en el transcurso de su conversación, R. Yannai le dijo: Yo soy R. Yannai, cuya tumba es ésta. Sabrás que así Dios, Bendito Sea Él, ha dicho: Ve y dile a este hombre, Hayyim, quien vino contigo que se debe cuidar del chismorreo, de llevar y traer chismes y del parloteo inútil. Debe ser muy humilde y yo estaré con él en todas partes.

5. Mi maestro, el sabio, bendito sea, también me dijo en ese día que mi Animus tenía una conexión y base en el Animus de Moisés nuestro maestro, que en paz descanse, ya que toda la colectividad de las Almas estaba incluida en la de él, particularmente las Almas de los zaddiqim. Una parte de mi Animus era definitivamente de él, pero él no me ha hablado aún de los aspectos del Espíritu y del Alma. Este Animus entonces transmigró varias veces hasta que transmigró en Rabban Johanan ben Zakkai, bendito sea, y luego en Rabbí Akiva, bendito sea. Luego transmigró varias veces más hasta que transmigró en Abbaye, llamado Nahmani, el colega de Rava. Me dijo que este es el significado esotérico de la afirmación Talmúdica que dice que tres personas vivieron por 120 años: Moisés, Rabban Johanan ben Zakkai y Rabbí Akiva. Moisés pasó cuarenta años en la casa del Faraón, cuarenta en Madián y cuarenta él sostuvo a Israel. Similarmente, Rabban Johanan ben Zakkai pasó cuarenta años en ocupaciones, cuarenta años estudió y cuarenta enseñó. Igualmente, Rabbi Akiva: Cuarenta años fue un ignorante, cuarenta estudió y cuarenta él enseñó. La transmigración posterior en Abbaye está insinuada en la afirmación Talmúdica de que Rabban Johanan ben Zakkai no desistió [del estudio de] las Escrituras, Mishnah,… y las discusiones de Abbaye y Ravah. Entiende este asunto.

Después este Animus se encarnó en uno de los Saboraimllamado Rav Ahai, de quien dice el Talmud "Rav Ahai objetó." Me dijo que le parecía que este RavAhai era el mismo RavAhai de Shabha que fue el autor del Sheiltot. Luego, este Aminus transmigró en Rav Dostai Gaon. Varias transmigraciones pasaron hasta que transmigró en R. Aaron ha-Levi, el nieto de R. Zerahiah ha-Levi, autor de ha-Maor. Luego, transmigró en el rabbí, el autor del Sefer Maggid Mishneh. Después, en R. Joshua Soriano. Luego, en un niño llamado Abraham, como hemos mencionado. Después, transmigró en mí; Yo soy ahora el joven Hayyim.

La transmutación alquímica es el proceso espiritual que se va desarrollando en el alma del adepto,268 el que va conociendo distintos planos de la realidad, reflejados en él mismo, y es por un camino ascendente como se desarrolla la senda invertida del Árbol sefirótico cabalístico, a fin de llevar el Plano de Asiyahal de Atsiluth, de efectivizar ese conocimiento de las distintas almas, o mundos que el ser humano posee en sí, o sea la metanoia griega. En la alquimia, el recipiente, sujeto de la Gran Obra, debe ir –mediante disoluciones y coagulaciones– transformándose de lo más denso a lo sutil, tal como lo sólido se licua para transformarse finalmente en gas; todo este proceso se verifica en el alma del adepto que participa así de las revoluciones cósmicas, ya que la iniciación es comparable a la gestación de una creación, tal la del mundo. De allí la identidad entre Cábala y Alquimia, unidas como métodos, o mejor, posibilidades intelectuales reveladas a los hombres por diversas entidades espirituales, que llevan los Santos Nombres asignados a todas las cosas en la Creación.

Ya nos hemos referido al ambiente sagrado, incluso piadoso, que tomó la ciudad en ese entonces que actuó como medio para que cuajasen varios profetas. En semejante atmósfera de unidad, de armonía y orden, de disciplina e intelectualidad, que caracterizó a dicho centro (como anteriormente a los de Provenza y Sefarad), no era raro que esa misma predisposición posteriormente encarnara en una entidad, el pueblo judío, su cultura y pensamiento, o sea los hijos de Israel, que han sabido recrear ese espacio, esa presencia hasta nuestros días, donde la Cábala ha recuperado gran parte de su valor de siempre.

Por lo que no es de extrañar que en una atmósfera de tal naturaleza, donde la Cábala está viva y actúa en la existencia de la comunidad judía, gran parte de ella empeñada en la transmutación (vertical), se produzca la metempsicosis, que es una proyección de ella en el plano horizontal, que contiene las personalidades y energías propias de la cultura de ese pueblo, los antepasados con los que se comulga y convive, conformando una entidad tan poderosa que puede encarnar una y otra vez en los miembros de ese espacio y producir un renacimiento de esa cultura, es decir, el descubrimiento de luz, una ciudad secreta cuya entrada es una pequeñísima almendra situada en la base de la columna del microcosmos bien custodiada por ángeles, guardianes que, facilitan o impiden, el acceso a cualquier conocimiento.

El tema de Caín y Abel

Echemos ahora una mirada a este tema que nos parece muy importante, particularmente para los grupos esotéricos de origen cainita, por ejemplo la Masonería y su vinculación con el judeocristianismo y el hermetismo.

38. … Ahora, voy a explicar sólo el origen de Caín, quien es esencial en la chispa de mi Animus, de mí, Hayyim. El origen de Caín es la juntura del hombro izquierdo donde el brazo se une al cuerpo y tiene carne, tendones y huesos. Como es sabido, no se le llama un órgano a menos que tenga carne, tendones y hueso. Ya he explicado más arriba (sec. 37), que estos tendones son las pequeñas venas que no están incluidas en los 365 tendones mencionados anteriormente. Estos tres componentes del órgano están divididos en 600.000 pequeñas chispas y cada órgano de este hombro es un Parzuf completo. Realmente, el origen de la chispa de mi Animus está en la parte baja de "talón" izquierdo que se encuentra en este Parzuf, que es el hombro izquierdo de Adam, del segundo aspecto. El "talón" izquierdo de este Parsuf de Caín contiene más de 613 pequeñas chispas y estas son las Animi que son del origen de mi Alma, de lo cual escribí en detalle más arriba, de Caín hasta mi Animus, yo, Hayyim. Hay otras además de las ya mencionadas arriba, pero mi maestro, bendita sea su memoria, no me explicó todas las chispas en este "talón".

Y así sigue expresando una cosmogonía en base al linaje, la genealogía espiritual, desde este apartado 38 al 50. Sintetizando este tema sobre Caín y Abel y refiriéndose especialmente a este aspecto de la obra de Vital, Fine269 sintetiza:

Además de la línea ancestral del alma que se extiende desde Adán, a Abel, a Moisés, a Shimon bar Yohai, a Isaac Luria, hay paralelamente una línea de transmigración del alma que empieza con el otro hijo de Adán, Caín, y conduce ultimadamente a Hayyim Vital. Vemos que a pesar del hecho de que el Zohar considera a Caín como teniendo su origen en la suciedad producida por la serpiente en el Jardín del Edén, mientras que Abel es del "lado de Adán", no debiéramos engañarnos. Pues el Zohar también habla de Caín y Abel como unidos en su conexión con el Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal. Como resultado del pecado de Adán, el bien y el mal se mezclaron juntos totalmente. Así, cuando Caín y Abel nacieron, ellos también, y cada uno, estaban compuestos con elementos del bien y del mal, radicando la diferencia en que Abel era primeramente bueno, con un grado menor del mal, mientras que Caín era primeramente malo, poseyendo un menor grado de bien. Sin embargo, el elemento positivo de Caín era de una cualidad extremadamente mayor, dado el hecho de que era el hijo primogénito y tomó para sí el más alto grado del "bien". En otras palabras, a pesar del hecho de que Caín y Abel aparentan haber tomado direcciones completamente opuestas, son fundamentalmente similares, poseyendo cada uno de los dos lo bueno y lo malo. Ontológicamente hablando, son más parecidos que lo que son de diferentes. Y en uno de los giros más paradójicamente sorprendentes en el pensamiento luriánico, el alma de Caín es en realidad superior a la de Abel por virtud de haber sido el primogénito…

Y termina:

Así como con Luria, el ancestro del alma de Vital también llevaba semillas mesiánicas, en cuyo centro estaba la figura de Caín. En cuanto a que era el primogénito de Adán, éste estaba dotado de varios dones espirituales, siendo estos "la corona real", (keter malkhut), el "sacerdocio" (kehunah), y los "derechos de nacimiento" (bekhora). A pesar del hecho de que Caín era un pecador, en parte, en virtud del legado transgresivo de su padre, y en parte por su propio hacer, como ya se ha dicho, su estatus de primogénito lo hace superior a Abel. Así, mientras que el ancestro del alma de Abel conduce al Mesías, hijo de José, el alma de Caín –y la línea transmigratoria que deriva de él– es la del Mesías, hijo de David. El cumplimiento de la promesa mesiánica de su alma depende de su completa purificación y perfección a través de una sucesión de gilgulimen el curso del tiempo.

Alquimia

En cuanto a la Alquimia nos basamos en The Jewish Alchemists: a history and sourcebook de Raphael Patai,270 refiriéndonos a los textos que ha traducido, pero no a la concepción general que tiene de ésta, formada en las ideas de Berthelot, en el sentido en que se la considera una prequímica, aunque son muy respetables sus investigaciones históricas sobre esta materia.

En primer lugar, el de Vital es un libro de magia natural, medicina, farmacopea y conjuntamente de alquimia metálica. Debemos aclarar que prácticamente todas las civilizaciones, la Hindú, la China, la Griega, la Islámica, la Cristiana, etc. han cultivado estas disciplinas, hoy tan sorprendentes y no solo en su aspecto mineral, sino también en el vegetal y animal. En estas grandes tradiciones han sido un medio de conocimiento y por lo tanto constituyen igualmente una vía fundamental en la realización espiritual-intelectual que, en suma, es su propósito y único objetivo. Y a que siendo la materia del macro y microcosmos una sola, las transmutaciones que se presentan en los metales a través de los cuatro elementos: tierra, agua, aire, fuego y sus combinaciones que se coagulan y disuelven, y hacen transformarse a aquéllos, son simbolizadas por la búsqueda del oro, al igual que los cambios y las transmigraciones del alma humana, con las que el alquimista percibe analogías y correspondencias que constantemente le hacen meditar sobre sí mismo, el universo y la gestación. Sin embargo, Vital cuando habla de alquimia sólo habla en términos técnicos. En ese sentido nos gustaría citar aquí el comentario que hace Patai en su libro:

Un aspecto sorprendente de la alquimia de Vital es su naturaleza puramente basada en hechos, tecnológica. Vital, como es bien sabido, fue un gran cabalista, un hombre que concebía doctrinas místicas, se extendió detalladamente en los grandes secretos de la relación entre lo de Arriba y lo de Abajo, estaba dolorosamente consciente de la feroz lucha continua entre los poderes del Bien y el Mal en el mundo y en el hombre –y sin embargo, de todo esto, no se encuentra ni una palabra en sus escritos alquímicos. Esto es lo más notable, ya que a la mayoría de los alquimistas cabalísticos judíos en la Edad Media y el Renacimiento les gustaba mucho darles un sabor místico a sus notas alquímicas insistiendo repetidamente en que ésta o aquella observación o penetración era "un gran secreto," y que era precisamente haciendo esto que lograban una fusión o por lo menos una combinación, de la alquimia y la Cábala. Nada de ello puede encontrarse en las largas y cuidadosamente detalladas prescripciones alquímicas de Vital. Nos da la impresión definitiva de que Vital fue capaz de dividir en compartimientos su pensamiento y escritura: cuando meditaba y escribía acerca de la Cabala, era un místico. Cuando describía remedios mágicos, s’gullot, qam’ot, incantaciones, conjuros y cuadrados mágicos, era un indudable creyente en ángeles y demonios. Pero cuando trabajaba, pensaba y escribía sobre la alquimia no era otra cosa que un científico natural que observaba agudamente lo que sucedía en el transcurso de sus experimentos, y los describía al más pequeño detalle.

Así comienza en uno de los folios alquímicos, con lo primero, con la fabricación del recipiente, u olla donde se efectuará la cocción, o sea el atanor alquímico, que no es otro que el alma del iniciado y que debe ser bien cocido y templado para poder realizar las operaciones que se efectuarán en él.

1. Para hacer un crisol para derretir oro y plata, sabrás que hay un polvo mineral especial del cual se hace la marmita, pero hay en él diversas clases, pues la tierra de un cierto campo, es más fuerte que la de otro… E informaremos de ello de varias maneras. Mira, si tienes [algo] de la tierra de la cual son hechas las marmitas haz esto: toma dos partes de esa tierra, y una parte de algodón, y si es algodón viejo es mejor, y si es barcia de lino es mejor. Y desmenuza el algodón en muy pequeños y finos pedazos separados, y entonces pon la tierra en un piso de piedra de mármol liso, y ponla en un pequeño algodón, extendido y desmenuzado en pedazos como se ha mencionado, y pon en él dos o tres gotas de agua, y machácalo con una almádena, etc., para que todo el algodón pueda ser asimilado, y también debiera molerse y pulverizarse totalmente, hasta que no se le pueda reconocer y se vuelva, con la tierra, una especie de pasta cerosa. Y ésta es la esencia de todo el trabajo. Y deberás tener listo un molde de madera de una marmita, y presiona [esta pasta cerosa] dentro de ella y haz la marmita que quieras, o dale forma entre tus manos y con tus dedos. Y para que no se ponga [muy] suave en tus manos mientras la trabajas, echa en ella cenizas, poco a poco, mientras lo haces, y así no se pondrá suave en tus manos mientras la trabajas. Y hazlo fino, poco a poco entre tus manos, hasta que esté terminado. Y cuídate de que no hayan rajaduras y fisuras en ella. Y después no lo pongas tampoco en el sol o en la sombra, sino ponlo en cenizas que estén un poco calientes, que son llamadas carboncillos, y el calor debe ser muy suave, o bien bajo el horno, debajo del lugar en el que se pone la marmita para cocinar, y déjalo allí hasta que se vuelva muy seco. Y después que se haya secado completamente, ponlo en carboncillos y fuego, y sóplalo con el fuelle hasta que el crisol queme y se torne rojo como carbones que están un poco ardientes, y entonces retíralo y ponlo por segunda vez en carboncillos calientes. Y todas estas cosas se hacen para que el crisol no se quiebre cuando uno derrite en él.

Citaremos aquí una parte de la antología de fragmentos que ha seleccionado y estudiado Raphael Patai, a quien seguimos:

Incidentalmente, éstas páginas contienen casi todo el lenguaje alquímico utilizado por Vital, y, también por los otros autores alquimistas medioevales y renacentistas, derivado principalmente del castellano, el árabe y el persa.

En el folio 38b, bajo el número 47, Vital escribe:

Todas las personas que se ocupan del trabajo alquímico deben cuidarse de muchas clases de drogas fuertes que se mezclan en la plata y el oro cuando están siendo derretidos en el fuego, y deben mantenerse lejos de su humo. También deben de cuidarse del olor y el humo del agua fuerte [aquafortis] que separa la plata del oro, como se sabe. Y sobre todo uno se debe de cuidar del humo que sale del mercurio cuando está en el fuego, pues es el mismo mercurio que se vuelve humo y se eleva en el aire, y es un peligro si penetra en tu nariz, pues el mercurio es un veneno mortal…

Después de este ítem, incongruentemente, hay tres ítems mágico-religiosos:

60. "He escuchado, y también lo he visto comprobado hasta cierto punto, que aquél que reza la oración N’ilah [la última oración] en voz alta sirviendo de conductor de la oración en Yom Kippur, estará en peligro, Dios nos guarde, en ese año. Por lo tanto debe ser el guía de la oración también en otra oración, como el mussaf o la minha o shaharit de Yom Kippur.

61-62. (ff. 51a-b). Peligros similares conectados con otras funciones religiosas.

66. "Para aquél que de pronto ha perdido algo, y a veces sucede que los demonios juegan con una persona, y se lo quitan." La intrusión de tales ítems "supersticiosos" entre las prescripciones alquímicas, tecnológicas y médicas de Vital ocurre en varios lugares del libro.

79. Instrucción general para la preservación de la salud.

80. "Para la enfermedad del azma [E. asma]."

89. (f. 54a). "Para fuego extraño, llamado humra [A., carbúnculo hervido, erisipela, fuego sacro]." Esta receta es nuevamente excepcional, porque prescribe un tratamiento por medio de una incantación en castellano, cuyo texto, en caracteres hebreos, ocupa diez líneas en el manuscrito.

103. Otra incantación en castellano para una dolencia.

104. Para protección contra Lilith.

En el folio 55a, continuando con la Parte Tercera, hay un nuevo encabezado que prosigue: "Y estas son las operaciones que no he probado yo mismo, pero las he oído de los reveladores de la verdad. Y las dividiré en dos partes: la primera parte, lo que he encontrado escrito en libros, que fue comprobado por los autores de esos libros, y la segunda parte, lo que oí y recibí por la boca de los reveladores de la verdad." El material de la primera parte es médico y está tomado de varios autores médicos, judíos y no judíos, con los que no necesitamos ocuparnos más allá de mencionar que las citas de Galeno, Aristeas, Dioscórides, Tabari, y demás (ff. 55b-58a), son testimonio elocuente de la amplia lectura y familiaridad de Vital con la literatura médica griega y árabe accesible en su época.

En el folio 58b empieza: "La segunda parte sobre s’gullot [encantamientos] y experimentos que recibí de la boca de los reveladores de la verdad, quienes lo experimentaron, y fue confirmado." Esta parte contiene nuevamente prescripciones alquímicas, médicas y mágicas como esta:

13. "Pon la lengua de un sapo en la ropa de una persona que duerme, y él te dirá todo lo que le preguntes."

11. "Un veneno mortal para matar a un hombre."

57. (f. 60b). Para hacer antimonio. Haz un horno y pon dentro de él carbones candentes, y pon sobre los carbones dos piedras o dos ladrillos en los dos lados del horno, como se muestra aquí. [figura 28.1], y nuevamente pon otros carbones largos que deberán tenderse encima de las dos piedras como vigas, para que quede un espacio entre las dos piedras, y también entre los carbones de abajo y los de arriba. Y toma un plato de cobre rojo con lengüetas, y rocía sobre él polvo de azufre para que el plato quede bien tapado por arriba, y con las lengüetas pon este plato en el espacio entre los carbones, hasta que el humo del azufre se acabe, y entonces retíralo y apágalo en vinagre fuerte, y repite esto tres o cuatro veces, hasta que esté terminado, convirtiéndose en antimonio. Y su signo es que si golpeas este plato con un martillo se romperá como vidrio. Y si el fuego es fuerte, pon dentro de él mucho azufre para que se haga rápidamente. Y aún si el plato de cobre es muy grueso, como un palmo, no debe haber ninguna aprensión. Pero si el fuego es suave, pon solo un poco de azufre, suficiente para cubrir la superficie del cobre.

59. (f. 60b). La preparación y uso de la sal alqali [E., sal álcali].

60. Cómo "matar" mercurio.

398-435. (ff. 77b-78b). Mayormente prescripciones médicas y mágicas, entremezcladas con recetas químicas y alquímicas. Así la 427 es una receta para endurecer el hierro. De especial interés en este grupo es la 359 (f. 75b), que es una prescripción para fortalecer los dientes flojos mágicamente: la "palabra de poder" que Vital utiliza es tetragran-matan, esto es tetragrammaton, que muestra que estaba familiarizado, por lo menos hasta cierto punto, con magia no judía en la cual esta palabra era utilizada frecuentemente.

239. (ff. 97a-b) … En realidad, hay dos clases de preparaciones [o perfeccionamientos]. Una es para la blancura, y es para hacer plata; y la otra es para la rojez, y es para hacer oro, y estas dos clases de preparaciones están en [o: son hechas con] la totalidad de los tres, los mencionados espíritu, alma y cuerpo, y por consiguiente la naturaleza de [todos] los espíritus no es la misma, pues hay algunos que son de beneficio para la blancura, y otros para la rojez. Los ejemplos para esto son, vitriol y azufre y cinabrio y arsénico rojo, o análogos, que son para el oro; y rejalgar y arsénico blanco, o análogos, que son para la plata. Hay aún un cuarto aspecto, que son las clases de otras drogas a través de las cuales son preparados [o mejorados] los mencionados alma, espíritu y cuerpo, como encontrarás que están descriptas sus operaciones en libros. Y ahora explicaré algunos trabajos y prescripciones que están comprobadas.

Los folios 111b-113b contienen más recetas mágicas, amuletos y textos con conjuraciones, con "nombres" y dibujos. Estos ítems no están numerados, y de estos folios guarda silencio Samuel Vital en su índice.

Los folios 124a-129b faltan en el manuscrito. En el folio 130a empieza el índice de Samuel Vital al libro, que continúa hasta el folio 153b. El número total de ítems (prescripciones) que están contenidos en el manuscrito está por encima de 1.500, abarcando una asombrosa variedad de temas alquímicos, médicos y mágicos. Las variaciones en la letra muestran indiscutiblemente que el libro fue escrito por Vital, no en uno solo sino en diferentes períodos, probablemente con considerables espacios entre ellos. Esto, a su vez, indica que mantuvo su interés por estos temas mucho tiempo, probablemente por varios años. Los términos de muchos ítems también demuestran que fue un practicante alquimista, médico y mago (a saber, un proveedor de amuletos mágicos y métodos para curar y ayudar) por muchos años.

La terminología alquímica que usa Vital es heredera, como la hermética cristiana, de la griega y la arábiga e incluso en sus textos están incluidos muchos vocablos españoles, corrientes entre quienes se dedicaban a ciencias que, por cierto, utilizan fórmulas para ser manipuladas, o sea, experimentos naturales, aunque su propósito y su fin en última instancia es espiritual.

En todo caso, y pese a los orígenes míticos de la alquimia judía y cristiana que se remontan, como la transmutación, al propio Adán Protoplasmático, es decir a esta humanidad después de la "caída", ella tiene también, como la Cábala, un origen documental histórico, que se podría fijar en la Edad Media. Antes de ello se debe citar a María la Judía, hermana de Moisés,271 y a Zósimo de Panópolis, un griego hermético que escribió en el siglo III un tratado llamado Sobre el Sacro y Divino Arte de fabricación de Oro y Plata272 en donde nos habla entre otras muchas cosas de la susodicha María y sus recetas pues parece que fue una alquimista israelí de Alejandría, compañera de Zósimo, convertida posteriormente en la hermana de Moisés, personaje bíblico, sellando con este mito la antigüedad de la Alquimia hermética, judía y cristiana. Pues lo que los investigadores judíos llaman alquimia cristiana no es sino la alquimia hermética efectuada en épocas cristianas.

Esta ciencia es un punto de unión entre los esoterismos hermético-judío y cristiano unidos por el Toth egipcio, y particularmente el Hermes Trismegistos (tres veces grande en cada uno de los mundos cabalísticos o niveles del alma) y su soplo vivificador. De hecho, prácticamente toda la alquimia europea, que Hayyim conocía desde Safed, era herencia de la hermética griega y árabe, cuyas operaciones eran siempre por lo más alto, o sea, la invocación permanente de los Nombres Divinos que en virtud de la analogía (invertida) entre el cielo y la tierra, podía ser permanentemente descubierta en la entera naturaleza cuyos secretos más arcanos y misteriosos investigaba.

Uno de los más famosos tratados hermético-alquímicos (muchas veces reeditado), El Libro de las Figuras Jeroglíficas de Nicolás Flamel narra las aventuras de éste en busca del Conocimiento, la Piedra Filosofal, en compañía de su esposa Perenelle, y ambos acaban en España instruidos por un sabio judío, antes de reintegrarse a su medio y existencia.

Posteriormente en el Renacimiento, son varios los libros hermético-alquímicos donde se reproduce el Tetragramatón y muchos otros símbolos y personajes judíos, como el alquimista Morieno y tantos otros hoy totalmente desconocidos que a la par de sus prácticas cabalísticas trabajaban en la alquimia.

Así, Hayyim Vital es un personaje decisivo en la tradición cabalística hermético-alquímica, cuya asombrosa literatura no se ha conocido suficientemente en los aspectos que hemos querido destacar en este acápite, pues como ha dicho Scholem en el artículo que le dedicara en la Enciclopedia Judaica: "Ningún estudio completo de su personalidad y sus actividades ha sido aún intentado", lo cual es una deuda pendiente frente a un autor de tal magnitud e intensidad.

NOTAS
265 Aravot es el séptimo cielo.
266 "Animus, Espíritu y Alma son las tres partes del Alma. He utilizado estos términos por sus equivalentes hebreos. Esta división tripartita del Alma se encuentra ya en el Zohar…" (nota del traductor).
267

Impregnación (ibbur) difiere de transmigración (gilgul) en que la impregnación es la entrada temporal de un alma adicional, en un alma que no puede, por muchos motivos, bastarse por sí misma, aunque se la necesita para un fin determinado.

El cabalista no se ve como el sujeto de la creación, aunque en su recorrido hacia el Ser haya tenido que asumir este papel como espejo del macrocosmos. Sino más bien se asume a sí mismo como parte de un proceso en el que participa y que viene de sus antepasados, es decir la revolución de las almas. Y que se proyecta hacia un futuro igualmente indeterminado, y por lo tanto incierto, desde el punto de vista de la individualidad.

268 Se ve en pequeño, en el microcosmos, o el alma, lo que es en grande, el permanente hacerse del universo, dos procesos que unidos constituyen la integración en la cosmogonía.
269 Lawrence Fine, Physician of the Soul, Healer of the Cosmos, Isaac Luria and his Kabbalistic Fellowship, Stanford University Press, California, U.S.A., 2003.
270 Raphael Patai, The Jewish Alchemists: a history and sourcebook, Princeton University Press, New Jersey, 1994.
271
272 Escribió también Sobre las Sustancias que sirven como soporte y sobre los cuatro cuerpos metálicos de acuerdo con Demócrito; y la Cuenta Final, yal que incluso se le atribuyen algunos textos de la Hermética. Ver La Révélation d’Hermès Trismégiste, A.-J. Festugière, Tomo I, Cap. VII, 5. (Les Belles Lettres, Paris, 1989).