PRESENCIA VIVA DE LA CABALA
FEDERICO GONZALEZ - MIREIA VALLS
CAPITULO V
LA CABALA DE SAFED

Moshe ben Ja'acob Cordovero (cont.)

La Dulce Luz
Este tratado 'Or Né'érab que en su traducción, introducción y notas al francés ya nombrada, efectuada por Schmouel Ouziel, tiene casi doscientas páginas, posee muchas analogías en su estructura con el Pardés en el sentido de que ambas tienen una semejante organización dividida en capítulos, temas y subtemas numerados. Por otra parte mucho de lo que se dice son insistencias en asuntos tratados con anterioridad –aunque siempre nuevos– y con particular aguijoneo sobre las cualidades que necesita el aprendiz para acercarse a los estudios cabalísticos cuyas dos grandes premisas podrán ser la humildad en el sentido de sentirse una y otra vez nada, lo que equivale a la soledad, y el respeto reverencial hacia lo sagrado, presente en todas las cosas lo cual habla perfectamente de la grandeza de YHVH, bendito sea, que es en definitiva el estudio a que se dedica la Cábala por medio de los distintos planos cosmogónicos, también presentes en el alma humana, y las formas de enseñarlos a otros, desde luego dentro de la religión judía.

Sin embargo este texto208 está cuajado de referencias cosmogónicas de las cuales hemos elegido unas pocas para ilustrar este trabajo. Solo destacaremos algunos fragmentos de la sexta parte, capítulos 1, 2 y 3, para ir completando nuestra visión del Arbol de la Vida y totalizando la imagen de las sefirot y sus relaciones entre sí:

I- IV. Debe saber que 'Eyn-Sof no es Keter como muchos creen, sino que 'Eyn-Sof es la causa de Keter, y Keter el efecto del 'Eyn-Sof que es el principio de los principios. Debe saber también que 'Eyn-Sof es la causa principal de todas las existentes, y que no hay ninguna superior a ella, su primer efecto es Keter y es a partir de Keter que prosigue el encadenamiento de los demás efectos. No recusamos por ello el hecho de que Keter forme parte de las diez sefirot, como muchos han creído: forma parte de ellas pero solamente desde el punto de vista de los emanados mismos; sin embargo, según la modalidad del conjunto de la emanación a partir de las diez [sefirot], Keter no aparece entre los emanados a causa de su grandeza, y estos últimos, en lugar de estar incluidos en él, son entonces incluidos en Da'at.

II- IX. La razón de ello es que los seres superiores dependen de los inferiores y los inferiores de los superiores, es por eso que el poder de lo inferior se encuentra en lo superior, y el de lo superior en lo inferior.
Por el contrario en lo que concierne a 'Eyn-Sof, todos dependen de él y él de ningún modo tiene necesidad de ellos.

II- XII. [El principiante] ha de saber también que las sefirot tienen la capacidad de realizar acciones contradictorias, a veces con Din y a veces con Rahamim; pero están siempre de acuerdo entre sí sobre sus acciones, ya que ninguna de ellas puede actuar sin la ayuda de las demás; lográndose el acuerdo de todas gracias a Malkhut. Para dar una primera explicación al respecto [diremos que] ello proviene de que cada una de ellas contiene a las otras diez. En verdad, pueden revelarse bajo una forma que las incluye a todas y que puede ser…

Y pasando al tema de la perenne necesidad de conjugar opuestos:

II- XVII. Por el contrario <la unión consiste> en una efusión que proviene de la unión de lo masculino y lo femenino, es decir que se sitúa en Hokhmah y Binah que son el Padre y la Madre superiores, o bien en Tiferet y Malkhut que son el Padre y la Madre inferiores, y este es el misterio de la unión que es a imagen de la unión de lo masculino y lo femenino, cosa que el pensamiento humano es incapaz de concebir.
Este es por otra parte un asunto muy importante, ya que es con esta [unión] que se logra la expansión maravillosa de los seres y las almas. Esta unión según [la modalidad de] lo que de ella nos llega puede a veces interrumpirse incluso cuando se encuentra al nivel de las tres primeras [sefirot], y es a nosotros a quienes corresponde completarla y unificar [las sefirot] como se debe a fin de que continúe [difundiéndose].

III- XXII. Con respecto a la unión antes mencionada, quien desee profundizar debe saber que ella no existe más que entre Hokhmah y Binah, que son denominadas hombre y mujer, padre y madre; y del mismo modo que no hay unión y acoplamiento corporal entre lo masculino y lo femenino sino con la ayuda de un intermediario, a saber la alianza de la carne, igualmente, en lo alto, esas dos middot no se unen más que gracias al misterio del antiguo Da'at que desempeña el papel de intermediario entre el padre y la madre; en cuanto a su esencia, ella se encuentra en un "sendero que no conoce el ave de rapiña".

III- XXIII. [Se vuelve a hallar] esta unión entre Tiferet y Malkhut, que son lo masculino y lo femenino, el marido y su novia, el padre y la madre inferiores, hijo e hija de los superiores, el rey y la reina, el rey y su mujer, el Santo bendito sea y su Presencia (Shekhinah), el rey en su palacio, no siendo todos [estos términos] sino parábolas para explicar este tema.
Empero, las almas de los justos en el mundo inferior deben provocar su despertar a fin de acoplarse.

La Palmera de Débora
La Palmera de Débora es un breve texto muy estudiado, traducido y comentado dada su gran importancia y la síntesis que implica, así como por su enorme poder sugerente, evocativo y poético que lo ha llevado a ser tal vez el texto cabalístico más editado a lo largo del tiempo.

En la traducción y notas de La Palmera de Débora al castellano209, Núria García i Amat afirma en su introducción:

En La Palmera de Débora, el opúsculo que aquí presentamos, Cordovero mostrará y describirá minuciosamente el paralelismo e interacción existentes entre el mundo superior y el mundo inferior. El estudio de las Escrituras dará razón de un orden primordial, perdido a causa del pecado y desobediencia del pueblo de Israel, al que se debe converger de nuevo en aras de un regreso a una edad dorada. En este sentido, conviene señalar que Cordovero hace un uso indirecto de una de las principales fórmulas bíblicas, la de la imagen y la semejanza, que supone una unión indefectible entre ambos mundos. Por otra parte indicar que este regreso a una edad dorada es en efecto un retorno, y en ningún caso la pretensión de alcanzar una situación inexistente en el pasado. La edad de oro, cuyo modelo por excelencia es el mundo paradisíaco, es un retorno salvífico, de restauración (tiqún) con unas claras reminiscencias médicas.

También hay que advertir al lector sobre las distintas significaciones que toman los términos según los momentos históricos, tal el término sabiduría entendida actualmente por erudición o por facilidad para los idiomas, y el de la inteligencia como algo cuantitativo y por lo tanto susceptible de ser medido por determinados tests.

Citaremos aquí de la obra Meditación y Cábala210 lo siguiente como un ejemplo en un acápite al que llama vocabulario211:

La palabra Hitboded deriva de la raíz Badad, que significa "estar recluido". Literalmente, entonces, Hitbodedut significa autoaislamiento y, en algunos casos, no se refiere más que a una reclusión y aislamiento físico. Sin embargo, en muchos otros lugares, el término se usa para denotar un estado de conciencia que implica el aislamiento del yo, es decir, el aislamiento de la más básica esencia individual.

Así, en un contexto cabalístico, la palabra Hitbodedut significa mucho más que un mero aislamiento físico. Se refiere a un estado de aislamiento interno en el que el individuo recluye mentalmente su esencia de sus pensamientos. Rabbí Chaim Vital (1543-1620), uno de los más grandes cabalistas, habla a menudo de tal reclusión mental, diciendo que "uno debe recluirse a sí mismo (hitboded) en sus pensamientos hasta el máximo grado". Al hacerlo, uno separa el alma del cuerpo hasta el punto de no sentir ninguna relación con el serfísico. El alma resulta así aislada y, como Rabbí Chaim Vital concluye, "cuanto más se separa uno de lo físico, mayor será su iluminación".

El estado de reclusión mental es muy importante para la experiencia profética. La descripción más clara de este estado ha sido presentada por Rabbí Leví ben Gershon (1288-1344), un importante filósofo judío conocido generalmente como Gersónides, o simplemente por el acróstico "el Ralbag". Este escribe que la consecución de la revelación profética "requiere el aislamiento (hitbodedut) de la conciencia de la imaginación, o de ambas cosas del resto de las facultades mentales perceptivas".

Siguiendo nuestro discurso, y por las mismas razones que nombramos anteriormente en el caso de La Dulce Luz, hemos seleccionado estas citas de los capítulos II al IV.

Del capítulo II llamado las Cualidades de Kether queremos señalar una de entrada que sintetiza el discurso de Cordovero:

Por ello todo hombre debe considerarse a sí mismo como nada y entender que su anterior no-existencia es mejor que su propia existencia.

Del capítulo III. Cualidades de Hokhmah

Por ello se libró del juicio, porque se depositó en él la luz de la Sabiduría y los sufrimientos le fueron mostrados.

Por eso no debe ser despreciada ninguna cosa creada, pues todas ellas fueron creadas en Sabiduría. No debe ser arrancada ninguna cosa que crezca a menos que sea necesario, ni se debe dar muerte a ningún ser viviente a menos que sea necesario. Y aún en caso de necesidad se debe escoger para ellos una muerte digna, valiéndose de un cuchillo que haya sido cuidadosamente examinado; debe mostrarse piedad hacia todas las cosas y no herirlas, pues todas ellas dependen de la Sabiduría, a menos que se trate de hacerlas ascender a un grado más elevado, de vegetal a animal, y de animal a humano; en este caso está permitido desarraigar la planta y matar a la bestia, a fin de extraer lo meritorio de lo demérito.

Debes saber que la sabiduría tiene dos caras. La cara superior está vuelta hacia la Corona, aunque no la mira fijamente, sino que muestra su faz inclinada recibiendo el influjo de la Corona por arriba. El segundo rostro, más bajo, dirige su rostro hacia abajo para controlar a las sefirot, que reciben la emanación de Su Sabiduría. Por esta razón debe el hombre mostrar dos rostros: uno, en la soledad con su Creador, a fin de aumentar la sabiduría que el Santo, bendito sea, ha vertido en él. Este flujo de Sabiduría se vierte en cada sefirah según su justa medida, por lo que, necesariamente, la sabiduría es vertida sobre cada hombre según las dimensiones de su entendimiento, procurando no verter más sabiduría de la que el entendimiento del receptor es capaz de recibir a fin de evitar todo daño, pues la sefirah más elevada no añade nada a la cantidad determinada por los límites del destinatario.

Del capítulo V. Cualidades de Hesed

Cuando decimos: "Y trae frente a nosotros la justicia como una luz, ¡oh Dios Santo!", queremos decir que esa Belleza, que es igual a la Justicia, debe emerger hacia la luz, que está en el lado Derecho, y entonces será santo y estará alejada de los Poderes.

Todos los actos de pacificación del mundo inferior son semejantes a los actos de benevolencia de los mundos superiores.

Del capítulo VI. Cualidades de Gueburah

Por el contrario, el hombre debe reconducir suavemente la mala inclinación de su esposa para dirigirla hacia los poderes de la dulzura, abasteciéndola, por ejemplo, con ropa y con una vivienda. Y debe decir: "Al proveerla de ropas, adorno a la Shekinah", pues la Shekinah es ornada con la Inteligencia, que es el Poder en el que se incluyen todos los Poderes endulzados por los diversos grados de la misericordia. Por ello todas las necesidades de la casa se cubren por medio de los Tiqunim de la Shekinah, de modo que la Shekinah es endulzada mediante la mala inclinación, que fue creada por voluntad del Creador sin otro propósito que éste.

Del capítulo VII. Cualidades de Tiferet

¿Cómo debe ser adiestrado un hombre para adquirir el atributo de la Belleza? Sin duda la cualidad de la Belleza se halla en el estudio de la Torah. Sin embargo, el hombre debe procurar no abandonarse al orgullo a causa de las palabras de la Torah, pues ello causaría un gran mal. En la medida que incrementa su orgullo, el atributo de la Belleza, que es la Torah, se eleva y se aleja en lo alto, Dios no lo permita. Pero aquél que se humilla bajo las palabras de la Torah hace descender a la Belleza para que vierta su influencia sobre lo que está debajo de ella.

Y este otro del capítulo VIII. Cualidades de Netzah, Hod y Yesod

Por otra parte, todo aquél que estudie la Torah debe estar dispuesto a aprender de todos los hombres, como está escrito: "Aprendí de todo aquél que me enseñó". La Torah no puede ser convenientemente estudiada a partir de un solo maestro. En consecuencia, todo discípulo debe alcanzar el mérito suficiente para llegar a ser un carro para la Paciencia y la Majestad, pues con ello su enseñanza es del Señor, y aquél que enseña la Torah alcanza el grado de Belleza.
Así, cuando se sienta para estudiar, consigue que la Belleza fluya sobre la Paciencia y la Majestad, y entonces se encuentra realmente en el grado que le corresponde.

De las Cualidades de Malkhuth, capítulo IX

Según esto, el hombre se encuentra entre dos hembras, la hembra física de abajo, que recibe de él comida, vestiduras y los derechos conyugales, y la Shekinah superior, a la que bendice al darle lo que le corresponde a la mujer de su pacto. Según esto, la Belleza se sitúa entre las dos hembras: la Madre Altísima, que vierte fuera de ella todo lo que se requiere, y la Madre inferior, que recibe de aquélla el alimento, las vestiduras y los derechos conyugales, que son, como es sabido, la clemencia, la justicia y la piedad, por lo que la Shekinah sólo se unirá al hombre siguiendo el modelo de la Suprema Realidad. El hombre sólo puede separarse de su esposa por tres razones: en primer lugar, cuando ella se encuentra en sus periodos de separación, en segundo lugar durante los días de la semana mientras estudia la Torah y, en tercer lugar, cuando se ausenta de su hogar y se preserva del pecado.

Durante estos periodos de separación, la Shekinah se une a él, se circunscribe a él y no se aleja de él, a fin de que no quede desamparado ni separado, y para que se mantenga siempre como corresponde al hombre perfecto, macho y hembra, por lo que, una vez que la Shekinah se le ha unido, y mientras dure el tiempo de separación, el hombre debe procurar que no se aleje de él. Debe mostrarse industrioso y útil, recitar la oración del viajero y ayunar para la Torah, pues en virtud de ello la Shekinah, que guarda sus caminos, intercederá en todo momento por él, siempre y cuando procure no pecar y estudiar la Torah. Del mismo modo, cuando su esposa se encuentra en los periodos de separación, la Shekinah estará con él si cumple con propiedad las leyes de la separación.

Con respecto a la escuela de Safed, cuyo centro fue Moisés Cordovero, Charles Mopsik212 nos da una síntesis clara, incluyendo a Isaac Luria, tal vez el epílogo de esta escuela, y el que más influencia ha tenido en la Cábala que ha llegado intacta hasta nuestros días gracias a conceptos como la Tsim-Tsum y la ruptura de los vasos que trataremos más adelante. Y debemos reconocer que junto a Abraham Abulafia y su herencia respecto a la Tseruf (Gematría, Notarikón y Temurah) son dos grandes pilares –y por cierto el Sefer Yetsirah, El Bahir,y El Zohar– donde se apoya la sabiduría de Israel y la Cábala Cristiana-Hermética, en sus posteriores desarrollos. Sintetiza Mopsik:

Rabí Moisés Cordovero tuvo numerosos discípulos de los cuales varios escribieron. La abundante producción de su común maestro les ahorró la tarea de poner por escrito sus enseñanzas, cosa que nunca deja de suscitar interminables disputas en cuanto a la reivindicación de la herencia espiritual. Cada uno tuvo la oportunidad de poder expresarse individualmente, algunos la aprovecharon. En primer lugar Eliahu Da Vidas, autor del Reshit Hokhmá (el comienzo de la Sabiduría), publicado en Venecia en 1578, luego en 1593, en Cracovia en esa misma fecha y aún en Berlín en 1703, finalmente en numerosas ocasiones que sería inútil precisar. Su deuda con Moisés Cordovero es muy a menudo perceptible, y él la subraya. Esta obra constituye en realidad una gran antología de la ética judía escrita bajo el impulso de la cábala y dentro de su espíritu. Quiere "mostrar la vía que debe seguir quien quiere penetrar la sabiduría interior" (Intro. in fine). Rabí Hayim Vital, uno de nuestros contados testigos de los hechos de esa época en Safed, nos dice que Elías Da Vidas y Moisés Cordovero, por el origen de sus almas, no conforman sino un único hombre entre ambos: "Provienen de la raíz de Shemaya y Abtalyon [la primera de las 'parejas' fundadoras de la tradición rabínica, hacia el final de la Antigüedad], el Remaq tenía un espíritu nacido de Shemaya, y el Ra [Rabí Elías] un alma (nefesh) procedente de Abtalyon, por eso se amaban213."

A continuación hay que nombrar a Rabí Abraham ben Mardoqueo Galante, autor de un comentario sobre el Zohar, llamado Yareah Yaqar (la luna preciosa) porque el de su maestro se titulaba Or Yaqar (la luz preciosa), y él era a su respecto como la luna ante el sol214.

Rabí Samuel Gallico, compilador de un resumen de la suma de su maestro, titulado Asis Rimonim, anotado por R. Mordekhai ben Judá Dato, otro discípulo de Cordovero. Este resumen fue publicado por primera vez en Venecia en 1601. Se cita igualmente a algunos discípulos que dejaron huellas escritas, como R. Abraham Mimún, y R. Moisés Romi.

Y afirma posteriormente:

La serie de sus discípulos no estaría completa si se omitiera a Rabí Menahem Azarías de Fano, el gran talmudista y cabalista de mayor renombre de Italia que, sin haber conocido nunca personalmente a R. Moisés Cordovero, mantenía con él vínculos epistolares. Fue él quien propagó sus ideas mediante cursos públicos que daba ante apasionados auditorios a partir del Pardés Rimonim, del que Cordovero le había hecho llegar una copia por intermedio de uno de sus discípulos. Fue el artífice de la rápida fama de aquél de quien se decía alumno y de la edición corregida del Pardés.

Algunos meses antes de la muerte de R. Moisés Cordovero, que sobrevino el 27 de Tamuz de 5330 (1570) según el testimonio de su propio hijo215, llegó a Safed, procedente de Egipto, Rabí Isaac Luria Asquenazí (1534-1572) quien, en el espacio de dos años, debía renovar con su enseñanza hasta los principios del pensamiento cabalístico. Sólo tuvo tiempo para algunas conversaciones con R. Moisés, diálogos cuya existencia no podemos más que postular, a falta de pruebas. Lo que no le impidió declararse también su discípulo en tres ocasiones en sus escritos, con esta fórmula: "Nuestro maestro y nuestro guía, que el Clemente le guarde y le bendiga."

Debe destacarse especialmente, como lo suelen hacer los estudiosos, el ambiente de la ciudad de Safed donde se escribieron estos textos extraordinarios, muestra evidente no solo de la reverberación de la Cábala Zohárica, sino también de la religión judía, su piedad y misticismo y la legislación de ese pueblo. Este segmento fundamental en esta tradición se produjo en poco tiempo, en gran parte gracias a la Cábala, y Cordovero denostó en varias de sus obras a ese impío rabinato oficial exclusivamente apegado a la literalidad y al cumplimiento de la ley, sólo por la ley misma.
NOTAS
208 Impreso en Venecia en 1587; los eruditos han llegado a la conclusión que de este original derivan las otras copias posteriores. En este escrito como en los de diversos cabalistas hay críticas fuertes a otros judíos que no aceptan la Cábala. Casi prototípicas respecto a aquellos que aún la rechazan.
209 Cordovero, Moshe ben Ya'acob, La Palmera de Débora, Ediciones Indigo, Barcelona, 1998.
210 Aryeh Kaplan, op. cit.
211 Ver capítulo I.
212 Le Palmier de Débora, obra citada.
213 "Cf. Chaar ha Pessuqim lección Hayé Sara y Liquté Torah."
214 "Ver el diccionario de R. Hayim Yossef Azulay (Hida), el Shem ha guedolim (El nombre de los grandes), 2ª parte, entrada Or ha hama."
215 "Ver la observación de R. Guedaliah Cordovero, incluida al final del comentario de su padre sobre las oraciones del día de Kippur, titulado Seder Avodat Yom ha Kippurim."