Tarot de Marsella. El Ermitaño
VIIII – EL ERMITAÑO: La carta novena es solitaria y melancólica. El antiguo Saturno se presenta aquí como un anciano sabio, el Padre y Maestro interno, conocedor de los aspectos más ocultos. Se ve a un hombre de edad, que camina lentamente, sosteniendo una lámpara (símbolo de la luz interior) en su mano derecha, y llevando un báculo con la izquierda (que representa al eje). Un manto azul –con amarillo en su parte interior– cubre sus vestiduras rojas, y una capucha también roja cae sobre su espalda. Se relaciona a la carta con Cronos, el Tiempo, que devora a sus hijos, y con la Antigüedad y la vejez, a las que la Tradición siempre ha concedido la mayor importancia, respeto y veneración; y con la experiencia, la lentitud, la paciencia, la soledad, y, en general, con las bellas virtudes de la ancianidad. Al revés, esta carta indica los vicios propios de una vejez carente de espiritualidad.
AL DERECHO   AL REVES
Tiempo - Vejez - Tranquilidad
Sabiduría - Soledad - Sensatez
Interioridad - Experiencia
Conocimientos ocultos - Paciencia
Iluminación - Recuerdo de S
í
Desapasionamiento - Perseverancia
Generosidad - Filantropía
Acallamiento de las pasio
nes
Austeridad - Bondad
  Irrealidad - Vejez - Soledad
Misantropía - Indiferencia
Falsas creencias - Ocultismo
Ausencia de generosidad
Oscuridad - Amnesia
Ignorancia - Avaricia
Impaciencia - Lentitud
Certezas que no son tales
Mal humor - Actitud senil

 
© Federico González 1981: Texto.
© France Cartes B. P. Grimaud 1981: Tarot de Marsella.