PRESENCIA VIVA DE LA CABALA
FEDERICO GONZALEZ - MIREIA VALLS
Balanza celeste en un mahzor italiano (1441)
Mahzor italiano, 1441
Jerusalem, Instituto Schocken, Ms. 13873, folio 67
CAPITULO III
LA CABALA DE PROVENZA
Y GERONA
(3)
Azriel y sus glosas o comentarios cabalísticos
De estos autores queremos empezar por referirnos a Azriel, por ser aquél que con su gesto generoso, aunque también prudente, contribuyó a una mayor difusión y apertura de la enseñanza esotérica que hasta entonces había permanecido circunscrita a los reducidos círculos de iniciados judíos, divulgación que realizó a través de su prolífica producción literaria de carácter doctrinal, la cual tuvo repercusión y despertó interés más allá de su grupo e incluso de su tiempo. De sus escritos destacamos: el Comentario al Sefer Yetsirah, El Pórtico del Interrogador, el Comentario sobre la Unificación del Nombre, el Comentario sobre la liturgia cotidiana, otro Comentario sobre las leyendas talmúdicas, El camino de la fe y el camino de la herejía, así como un conjunto de tratados cortos de los que Scholem da referencia en su libro Grandes temas y personalidades de la Cábala[83]. Acerca de este iniciado nos dice G. Sed-Rajna en el prólogo del Comentario sobre la liturgia cotidiana:

En lo que respecta al maestro, Azriel aparece como un pensador de envergadura dotado de una poderosa originalidad. Su horizonte intelectual sobrepasa ampliamente los dominios de su propia tradición; se muestra informado de las corrientes de pensamiento contemporáneas, exteriores a la Cábala, donde numerosos elementos reaparecen en sus trabajos, armoniosamente integrados en su sistema. Su estilo, sus expresiones, son remarcablemente ricas; su vocabulario contiene muchas expresiones novedosas o revestidas de una significación nueva. La misma forma de sus tratados varía en función del sujeto o del medio al cual se dirige. Se interesa apasionadamente por las cuestiones metafísicas, que dominan todo su pensamiento, y dota a la joven teosofía de una estructura intelectual con fuertes tintes de neoplatonismo. Entre los cabalistas, puede que ningún autor enuncie de una manera tan finamente matizada las definiciones doctrinales, de entre las cuales, las más importantes, pertenecen a la pluma de Azriel, desarrolladas de una forma siempre inédita.[84]


De sus tratados, comenzamos por citar algunos fragmentos del comentario al Sepher Yetsirah[85]:

Misnah 1:

Con treinta y dos senderos prodigiosos de sabiduría esculpió Yah, Yhwh Sebaot, 'Elohim de Israel, 'Elohim de vida, rey del mundo, todopoderoso. Shadday misericordioso y otorgador de gracia, "elevado y supremo que reside en la eternidad de la elevación cuyo nombre es Qadosh". Creó su mundo con tres Sefarim: con Sefer con Sefar y con Sippur.

Con Treinta y dos Senderos, etc. Es una alusión al Infinito ('En Sof), pues en el interior de la energía del Infinito es donde surge la existencia de la sefirah Altura Superior, de la que procede la emanación de la sefirah Sabiduría (Jokmah). De Sabiduría [emanan] los treinta y dos senderos ocultos. Los senderos fluyen de la sefirah Sabiduría y ésta emana de la sefirah Altura Superior que se origina a su vez en el Infinito, por esa razón son llamados [senderos] prodigiosos, como en el versículo "si te resulta prodigioso", que en arameo se traduce por "velado". La distancia existente entre cada uno de dichos senderos da lugar al calificativo prodigiosos, pues en el versículo "quien se prodigara haciendo voto de nazareo" el término "prodigarse" se entiende en el sentido de "separarse". Cada uno de los senderos es atraído hacia la sefirah Entendimiento (Binah) desde la sefirah Sabiduría. Es en [Entendimiento] donde se manifiestan, como lo explica el versículo "lo que fluye de la Sabiduría vale más que las piedras preciosas".

Esculpió. La energía de la Causa de las Causas es el Infinito, del que surge la primera sefirah que es Corona Suprema, [llamada también] Altura Superior. La sefirah Sabiduría esculpe y hace surgir la fuerza de la causa llamada Yod-Hé, que está en la energía de las esencias. De la fuerza de la sefirah Entendimiento se extrae todo el edificio llamado Conocimiento [Da'at].

Con Tres Sefarim. Con tres atributos llamados como la esencia del Nombre, que los abarca.

Con Sefer, Sefar y Sippur. Se trata de las tres letras del Nombre Yod, Hé, Waw –que abarca todo hasta el Infinito,– y que se unen gracias a la acción del Creador que es Infinito.


Una alusión a los tres se encuentra en el versículo "en Yah está la fortaleza eterna". En Yah hay treinta y dos, cuando se transforman las dos letras del [nombre] YaH.


Misnah 2:

Diez Sefirot inefables y veintidós letras de fundamento: tres madres, siete dobles y doce simples.

Diez Sefirot. Los treinta y dos senderos –de los cuales dieciséis pertenecen al mundo superior y dieciséis al mundo inferior– están contenidos en las diez [sefirot]. Se les llama sefirot porque son la fuerza que determina todo lo que tiene límites, por medio de la numeración decimal.

Inefables. Debido a que [las sefirot] son el medio de acceso al Infinito –que es insondable, que no tiene esencia [que pueda ser captada por el hombre] y que no se define por una cualidad concreta– reciben el nombre de inefables [beli mah].

Veintidós. En el conjunto de las diez [sefirot] hay veintidós [letras] divididas en tres grupos: tres madres, siete dobles y doce simples. Las veintidós letras siguen el modelo de los treinta y dos senderos y todo está contenido en el diez.[86]


Y así continúa este escrito fundamental desde el punto de vista cabalístico, desgraciadamente truncado puesto que solo comenta los tres primeros capítulos del texto, aunque en ellos ya se intuye el origen del universo como emanado de la Causa de las Causas o Infinito y cuyo despliegue se expresa a través de la simbólica de los números[87], de las letras y de sus conjugaciones mágico-teúrgicas, tal como Azriel también escribe en este escueto fragmento de otra obra suya:

[Bendito Sea Aquél] Que Ha Dicho: El ha proferido las letras que constituyen la esencia del mundo;

Quien Obra: las permutaciones de las letras que constituyen el fundamento de las criaturas;

Y Dice: es decir: nombra;

Y Obra: por la permutación de los nombres, El los hace pasar de la potencia al acto,

Quien Decreta: determina y establece los límites;

Y Hace Subsistir: a la potencia que se expande más allá de su límite, El le dice 'basta ya', y la establece conforme a su límite y la refuerza".[88]


En El Pórtico del Interrogador del mismo autor formulado a modo de preguntas y respuestas[89] sobre el Conocimiento y la estructura cósmica, ya se enuncia lo siguiente refiriéndose al Modelo del Universo, lo que parece es lo mismo que tanto Nahmánides como Ezra expresaron en sus escritos, aunque algunos de estos comentarios, al igual que muchos de los de la época, se supongan perdidos o simplemente aún no ha llegado el momento de traducirlos y publicarlos como se ha comenzado a hacer con el renacimiento de la Cábala del siglo XX que esperamos se prosiga en este siglo, especialmente en Sefarad, de la que la Cábala de Gerona es, junto con la de Castilla, un núcleo fundamental. En este escrito ya se ve que el Árbol de la Vida, estructura teogónica en cuatro (o tres) niveles o mejor mundos, está siendo revelado:

El interrogador insistirá aún: ¿En qué consiste la esencia de las sefirot?
Respuesta: La esencia de las sefirot se identifica tanto con una cosa como con su opuesto pues, si no hubiera en ellas una fuerza indiferenciada, no tendrían la capacidad de ejercer su influencia sobre todo lo que existe.

Y si el interrogador aún preguntara: ¿Cuáles son sus nombres, su orden y su posición?

Respuesta: El nombre de la primera es Altura Superior (Rom Ma'alah) porque está por encima de nuestra capacidad de investigación. La segunda se llama Sabiduría (Hokmah) porque es el comienzo de la actividad intelectual. La tercera se llama Entendimiento (Binah) y hasta ella se extiende el mundo del intelecto. La cuarta se llama Amor (Hesed). La quinta se llama Temor (Pahad). La sexta se llama Armonía (Tif'eret), hasta ella se extiende el mundo del alma. La séptima se llama Eternidad (Nesah). La octava se llama Majestad (Hod). La novena se llama Justo Fundamento del Mundo (Sadiq Yesod 'Olam). La décima se llama Justicia (Sedeq) y hasta ella se extiende el mundo del cuerpo.

Si el interrogador pregunta de nuevo. Ya me enseñaste sus nombres, su lugar, su orden; ya me dijiste que la Justicia recibe la fuerza de todas las otras. Explícame ahora cómo es posible que cada una de ellas pueda vertirse [hacia las otras] y recibir [el fluido que proviene de las precedentes].

Respuesta: Debes saber que el objetivo de toda emanación es el de testimoniar la unidad de 'En-Sof. Si el receptor no estuviera unido al emisor y viceversa, y si ambos no se reunieran en una fuerza única, nosotros no podríamos saber que los dos forman una fuerza única. Sólo gracias a su unidad se puede conocer ese poder de unificación. Y dado que es evidente que existe una fuerza unificadora revelada, a fortiori [se nos enseña] que no se debe meditar sobre lo que está oculto. Entonces, cada una de las sefirot cumple al mismo tiempo la función de emisor y de receptor.[90]


En estos textos, como se ve, Azriel manifiesta de forma clara y sintética, por no decir esquemática, los antiguos Arcanos llamados misterios por los cabalistas. Y a él, caben los duros reproches que profiriera en la carta Isaac el Ciego con respecto a su difusión de los misterios que también tocaba a Ezra en cuanto les reclama el revelar la esencia de la cábala, y que ha sido publicada por Gershom Scholem en el segundo tomo de Los orígenes de la Cábala. Pero es gracias a esta labor difusora que protagonizaron Ezra y Azriel de Gerona y a continuación Abulafia, Chiquitilla y Moisés de León, que la Cábala, que siempre ha sido un sistema abierto e inacabado al igual que la creación, ha llegado hasta nuestros días como uno de los patrimonios más grandes de la civilización occidental.

La arquitectura del Universo fundamentada en el modelo del Arbol de la Vida no es para Azriel un sistema rígido e inamovible, sino que atendiendo a un orden inmutable en esencia (la estructura de las esferas, los senderos que la unen, las columnas y los planos), se presta a diversas posibilidades de enunciación e intelección, que promoverán en el cabalista otras tantas posibilidades de penetrar la amplitud de sí mismo y del Cosmos, y su compleja, aunque nítida, manifestación. Nos referimos, por ejemplo, a los distintos nombres con los que Azriel va designando en sus tratados a cada una de las sefiroth (denominaciones que no se contradicen entre sí, ni se excluyen, sino que se complementan para enriquecerse de matices), o también a la forma como las agrupa en función del interés por destacar unos u otros aspectos. Miriam Eisenfeld dice al respecto:

Esta división de las sefirot en tres superiores y siete inferiores, aun siendo una de las más frecuentes, no es la única. Azriel considera otras clasificaciones para las entidades sefiróticas: cinco superiores y cinco inferiores, o cinco espirituales y cinco materiales o, incluso, las separa en las tres categorías correspondientes a los tres mundos de la jerarquía neoplatónica, sensible, perceptible e inteligible, las cuales a su vez derivan, como ya vimos, de lo oculto.[91]


Y después de exponer algunos de los nombres que da Azriel a cada una de las diez esferas, agrega:

Llegados a este punto nos encontramos ante una separación funcional bipartita de las sefirot, en la que se encuentran, por un lado, las nueve primeras y, por otro, la décima. Ambas fracciones se sienten atraídas y tienden a unirse, pero la fragilidad inherente a su punto común de confluencia conlleva un riesgo permanente de ruptura, una ruptura que en el Comentario sobre la Unificación del Nombre cobra forma históricamente debido a la situación de Israel en el exilio. La imagen más común para simbolizar esta atracción es, como resulta patente en diversos pasajes del Zohar, la de dos amantes que se desean y buscan consumar su unión sexual. En dicha unión, las nueve sefirot superiores, representadas a través de Armonía, constituyen el elemento masculino, y la sefirah inferior simboliza el elemento femenino.


Por lo que Azriel también ahonda de muy diversas maneras en sus meditaciones sobre el tema de la bipolarización en el seno de la deidad, la cual hará posible toda la revelación del Cosmos. Igualmente se refiere a la concepción de que el ser humano es un universo en pequeño, compuesto, al igual que el macrocosmos, "de elementos cósmicos, de letras y de la estructura de las sefiroth".

Con lo dicho hasta el momento, ya podemos empezar a vislumbrar que la Cábala que Azriel está contribuyendo a edificar fue receptiva a la influencia de diversas formas de expresión del pensamiento esotérico de otros tiempos y lugares, y que simultáneamente o con posterioridad, abocó todo su caudal fecundo reactualizado a nuevas corrientes intelectuales emergentes (como será el caso de la Cábala cristiana del Renacimiento en la que se produce una nueva conjunción con el pensamiento griego y hermético). Nuestro autor incorporó en sus escritos y desarrollos doctrinales elementos claramente vinculados a la teoría de la emanación neoplatónica y a la de la teosofía de los números de la escuela pitagórica, y también aspectos procedentes de otras ramas del saber como la medicina. G. Scholem explica en Los Orígenes de la Cábala II que el conocimiento del neoplatonismo pudo llegar a Azriel a través de la obra de Juan Escoto Erígena, especialmente por su De Divisione Naturae de la cual queremos destacar en un solo ejemplo:


Así pues, que ninguna autoridad te arranque por el terror de aquellas cosas que una razonable persuasión señala como de justa contemplación. Pues la verdadera autoridad no obstaculiza la razón justa, ni la razón justa a la verdadera autoridad. No hay duda de que ambas emanan de una fuente, a saber, la Sabiduría divina.[92]

Con todo ello se demuestra que Azriel, aun siendo un iniciado enraizado en el esoterismo de la tradición hebrea, reconoce la unanimidad subyacente en todas las formas particulares nacidas del tronco común que es la Tradición Primordial, y por tanto su labor constituye una verdadera síntesis y nunca un resumen sincrético.

Otro aspecto muy importante que aborda Azriel en sus tratados es el de la Creación a partir de la Nada, o la concepción de que el Ser Universal es el No-Ser afirmado, y a partir "de esa afirmación del Sí mismo se despliegan todas las posibilidades de manifestación incluidas en El, desde las más sutiles hasta las más groseras o materializadas, y totalizadas tanto en la década sefirótica como en la numérica". Esta emanación obedece a un gesto gratuito, casi inexplicable, el de la Voluntad divina. Al respecto nos dice G. Scholem en Los Orígenes de la Cábala II:


El "salto" de la creación no radica, por consiguiente, en la transición de en sof en la primera sefirah, sino en la unidad de ambos con la segunda sefirah. Este salto constituye la libre decisión de Dios de emanar. El lector experto descubrirá que esta idea está presente en todos los representantes de la escuela de Gerona, incluyendo a Nahmánides, y al parecer forma parte de la herencia que este círculo legó al autor del Zohar.


Y más adelante añade citando un fragmento de un escrito de Azriel:

Cabría decir de en sof, al igual que de la Voluntad, que nada existe fuera de él: "Todos los seres proceden del éter primordial incomprensible, y su existencia [yeshut] proviene de la Nada pura. No obstante este éter primordial no es divisible en ningún sentido, y es Uno en una simplicidad que no admite composición alguna. Todos los actos de la voluntad estaban en su unidad, y la voluntad precede a todas las cosas. [...] y éste es el sentido de [Job 23, 13]: 'El es uno' (El es la unidad de la voluntad fuera de la cual nada existe)".


Por supuesto que este aspecto de la enseñanza no es exclusivo de la Cábala, ya que en la misma Tradición Hermética podemos encontrar innumerables ejemplos en los que se describe la génesis y el desdoblamiento del Cosmos a partir de la Voluntad del Principio Supremo. Veamos este fragmento del Poimandrés:

" Has visto en tu pensamiento la forma primordial, el pre-principio anterior al comienzo sin final". Así me habló Poimandrés. "Entonces, ¿de dónde han surgido los elementos de la naturaleza?", dije yo, y él me respondió: "De la voluntad de Dios, que habiendo recibido en sí el Verbo y habiendo contemplado la belleza del mundo arquetípico quiso imitarlo, y modeló un mundo en orden, a partir de sus propios elementos y de sus propias producciones, las almas".[93]

Dicho despliegue se visualiza como de arriba hacia abajo y se complementa con el proceso inverso, es decir, con el de la reabsorción de todo lo manifestado y determinado en el Principio único, siendo en este segundo caso la voluntad del ser humano la que impulsa el camino de retorno, voluntad que es vista como el empuje que se despierta en su interior y que lo elevará de escalón en escalón por los niveles de la conciencia, dándole la fuerza necesaria para penetrar e identificarse con las ideas y cumplir así con su misión de restaurador o recreador del orden universal.

El hombre y la mujer pueden efectivizar esta función apoyándose en la oración. Desde el punto de vista esotérico, este rito no se ha considerado nunca como una petición interesada y dual a un dios fuera de uno mismo, ni como la expresión de una devoción piadosa o sentimental a una deidad siempre inalcanzable, sino como una verdadera acción teúrgica-unitiva, tan válida ayer como ahora mismo, y valorizada por todo iniciado como un poderoso vehículo de realización espiritual y regeneración universal. Dice Azriel:

Si el sabio no conoce a Aquel que lo ha creado, ¿cómo será sabio? Lo esencial en el servicio divino de los maskilim y de aquellos que meditan sobre su Nombre, radica en este versículo (Deut. XII, 5): Y adhiérete a Él (=bo-tidboqum). El principio fundamental que otorga la Toráh al sujeto de la oración y de las bendiciones es el de hacer concordar su pensamiento con su fe, como si se adhiriera a lo que está arriba, para unificar el Nombre con sus letras e integrar las diez sefiroth [con el fin de que se unan a Él] como la llama lo está a la brasa. Con la boca se invocan los atributos, y dentro del corazón se los reúne en el edificio y en la forma escrita [del Nombre]. El simbolismo escriturario se encuentra en (Prov. VII, 4): di a Hokhmah 'yo te reúno', tú llamarás a Binah 'conocida'.[94]


Y en este otro pasaje se reconoce también a la oración como un vehículo fundamentalmente intelectual (que no racional ni mecánico), y también como un dinamizador del encadenamiento mágico de los mundos, planos y atributos de la deidad –que se expresan a través de letras, números, nombres y senderos interconectados–, que tan pronto atrae las vibraciones sutiles hacia lo más concreto y materializado, como simultáneamente las eleva hacia lo más alto, manteniendo una permanente circulación y cohesión del Todo con su Fuente y Raíz:

Las diez [invocaciones de esta oración empiezan por] "bendito sea" correspondiendo a los diez Nombres [divinos] que son 'EHYH, YH, el nombre particular, 'Adonay, 'Sadday, 'Sebaot, 'El, 'Elohim, 'Elohey Yisrael, 'El Elyon. El primero [de estos nombres es] la potencia de las esencias, corresponde a "él tenía en sí el mundo". Por el segundo nombre fueron creados los dos mundos; corresponde a "bendito sea quien obra en el principio". El tercero, que encierra dos nombres, corresponde a "quien dice y obra". El cuarto [nombre] es Señor; corresponde a "quien decreta y hace subsistir"; en efecto, no se reconoce la soberaneidad sino de quien decreta y posee la potencia de hacer ejecutar todo lo que decreta, tal como está escrito (Job XXIII, 13): El ha decidido, ¿quién lo hará retornar? El quinto [nombre] es Sadday, y corresponde a "quien extiende su Misericordia sobre la tierra" en tanto que El ha dicho a sus pequeñeces "basta". El sexto [nombre] es Sebaot y corresponde a "quien tiene misericordia de sus criaturas", [en tanto que] El tiene misericordia de sus ejércitos. El séptimo [nombre] es 'El, y corresponde a "quien retribuye", así como está escrito (Sal. CXLVI, 5): feliz el hombre que tiene por ayuda al Dios (= 'El) de Jacob. El octavo [nombre] es 'Elohim, y corresponde a "bendito sea El", así como está escrito (Jos. XXIV, 19): El es Elohim de las santidades. El noveno [nombre] es 'Elohey Israel, y corresponde a "bendito sea Su Nombre", tal como está escrito (Sal. LXXVI, 2): grande es su nombre en Israel. El décimo [nombre] es 'El Elyon, y corresponde a "bendito sea 'El que vive y subsiste por siempre". Y cuando uno pronuncia el nombre 'El es como si uno dijera "bendita es su memoria". La invocación "viviente perfecto" se explica por (II Sam. XXII, 47): viviente es YHVH, bendita es mi Roca, es decir, que el nombre de cuatro letras es perfecto. Y todas las perfecciones [que el oficio menciona] corresponden [a tres nombres]: 'El, Elohim, YHVH, por los cuales se afirma que El es Dios, que El es el dador de las formas, que El es el Creador. A cada uno [de estos tres nombres] corresponden diez alabanzas (o perfecciones), las cuales hacen alusión a los Senderos de la Sabiduría, que son [en número] de treinta y dos, y El los domina todos.

Los diez nombres divinos [enumerados] se integran en cuatro de ellos, que son: 'EHYH, YHVH, Adonay, Elohim; estos cuatro [nombres están contenidos] en las cuatro letras [del Tetragrama], he ahí por qué esta bendición se divide en cuatro partes. (Commentaire sur la liturgie...)


Azriel también explica que para que esto sea efectivo es imprescindible que:

Quien ora debe deshacerse de todo lo que le obstruye y perturba, y debe reconducir el mundo hacia su origen, literalmente hacia su Nada. (Azriel, citado por Scholem en Los orígenes de la Cábala...)[95]

Y quien asciende de esta manera, de palabra en palabra, mediante el poder de su intención, hasta llegar a en-sof, debe dirigir su kavaná de forma que corresponda a su perfección, de tal modo que la voluntad suprema se revista de su voluntad, y no sólo que su voluntad se revista de la suprema. (...) Entonces, cuando la voluntad superior y la inferior, en su indistinción y en su debecut a la unidad [divina], se convierten en una, el efluvio mana según la medida de su perfección.


Todo ello con la íntima certeza que lo cognoscible es sólo el puente para la experiencia, simultánea, de lo totalmente ilimitado e innombrable, donde ya no hay nada que nombrar, numerar ni conocer pues es la plenitud de plenitudes:

Aquellos que comprenden la verdad no recitan esta oración, pues se elevan de Palabra en Palabra, hasta la Voluntad intrínseca, sobre la cual se ha escrito: (II Cro. XX,12): no sabemos que más hacer; es decir, después de escalar grado por grado las Palabras, hasta la Nada Palabra, no podemos continuar.[96]


Este sabio del medioevo fue un contemplador del Cosmos –que visualizó como un gran receptáculo y emisor de luz–, y también asumió el oficio de constructor activo del Universo, acción que llevó a cabo a través de la transmisión oral así como por la cristalización de la palabra en sus escritos. Veamos dos textos en los que Azriel medita acerca de la simbólica de la luz; en el primero destaca su vertiente cosmogónica; en el segundo la presenta como el símbolo del proceso de deificación o divinización que emprende el ser humano:

Lo que es visible se manifiesta a partir de la Luz Oculta, de la que derivan la Luz Emanatriz, la Luz de la Emanación y la Luz Emanada; a continuación la Luz del Espíritu llamada yehidá, la Luz del Espíritu llamada hayá, la Luz del Espíritu llamada ruah, la Luz del Espíritu llamada nefes, la luz del Espíritu llamada nesamá y la Luz del Cuerpo. La Luz Emanatriz, la Luz de la Emanación y la Luz Emanada son por necesidad las superiores; algunas veces su luz es atraída hacia las inferiores. En cuanto a las siete que por necesidad son inferiores, lo que deriva de ellas aparece, conforme al modelo, bajo el aspecto de luz, [las manifestaciones visibles de las siete luces inferiores son]: la Luz de la Aurora, la Luz de la Mañana, la Luz del Zénit, la Luz del Crepúsculo y la Luz de la Oscuridad. Y la Luz Oculta reúne [todas las luces] a la manera de una lengua de fuego en la cual se refunden todos los colores [particulares].[97]

Quien decide algo en su mente con rectitud perfecta, hace de ello lo esencial. Por lo tanto, si oras y pronuncias bendiciones, o de otro modo deseas verdaderamente dirigir la Kavaná hacia algo, imagina que eres luz y que todo alrededor tuyo es luz, luz desde todas las direcciones y todos los lados; y en la luz un trono de luz, y sobre él, una "luz resplandeciente", y frente a él un trono, y sobre él, una "luz buena". Y si tú estás entre ellas dos y deseas venganza, vuélvete hacia el "resplandor"; y si deseas amor, vuélvete hacia la "luz buena", y lo que proceda de tus labios se debe dirigir hacia su rostro. Y vuélvete hacia la derecha y encontrarás una "luz brillante", hacia la izquierda y encontrarás un aura, que es la "luz radiante". Y entre ellas y por encima de ellas, la luz del Kabod, y alrededor de ella, la luz de la vida. Y por encima de ella, la corona de luz que corona los deseos de los pensamientos, que ilumina el camino de las representaciones e ilumina el resplandor de las visiones. Y esta iluminación es insondable e infinita y de su gloria perfecta proceden la gracia y la bendición, la paz y la vida para aquellos que observan el camino de su unificación.[98]


Para comprender que en realidad:

Todas las luces derivan de un principio único; pero no se puede comparar la primordialidad [de las luces emanadas] a la primordialidad [de la primera luz], puesto que ésta es superior (yeter) a las otras; sus potencias son emanadas de su [potencia], en razón de la superabundancia (yitron) de su primordialidad.[99]


Estas meditaciones acerca de lo finito y lo infinito y del papel mediador del símbolo y el rito para vivenciar lo metafísico no son exclusivas de Azriel; otros adeptos próximos a su círculo expresaron los mismos pensamientos en escritos igualmente inspirados. Veamos este fragmento de Ezra sobre la oración "Escucha Israel" que nos servirá de enlace con el estudio de la obra más destacada y conocida de este otro sabio cabalista de Gerona, el Comentario al Cantar de los Cantares:

Debes saber que la unificación, [realizada] cuando el hombre invoca los Nombres y muchas otras cosas [de la misma elevación], requiere que se sea prudente y se unifique todo hasta 'En-Sof para indicar que Él es la causa de todo y todo procede de Él, y también para que dicha invocación no produzca la mínima separación ni disminución en el mundo pues, como las múltiples ramas del árbol que comienzan brotando de un tronco central y, luego, unas de otras, así es la unificación. El fundamento de la oración "Escucha Israel" consiste en realizar la unidad total y, dado que cada palabra tiene su importancia, el hombre ha de concentrarse en cada una de ellas en particular y unir todo en una sola palabra. La letra 'Alef [inicial] de la palabra 'Ehad [que significa uno en "Escucha, Israel, 'Adonay nuestro Dios, 'Adonay es uno"] es una alusión a [un nivel] más allá del cual el pensamiento no puede extenderse. La [segunda letra de dicha palabra, que es] Het cuyo valor numérico es ocho] alude a las ocho sefirot [que se encuentran entre el primer nivel y el último], y [la tercera y última letra de la palabra, que es] Dalet [cuyo valor numérico es cuatro] es Grandeza [la cuarta sefirah, y dado que dicha letra se escribe como una mayúscula] contiene una alusión a la décima sefirah que reina sobre los cuatro vientos que corresponden a los cuatro campamentos [de Israel, esto es, sobre el mundo]". (Cuatro textos cabalísticos..., introd.)

NOTAS

[83] G. Scholem. Grandes temas y personalidades de la Cábala. Riopiedras Eds., Barcelona, 1994.

[84]Azriel. Le Commentaire sur la liturgie quotidienne. Leiden, 1974. Introducción, traducción anotada y glosario de términos técnicos de Gabrielle Sed-Rajna.

[85] Como se está viendo, este libro constituyó el referente principal y el fundamento de la Cábala de Provenza y sobre todo de Gerona, de ahí que como ya se ha mencionado muchos de los integrantes de estos círculos de enseñanza realizaran comentarios sobre este pequeño opúsculo, tal el caso de Isaac el Ciego, el propio Azriel, Nahmánides y otros. En este sentido, comenta Miriam Eisenfeld: "La escuela de Girona estudió y desarrolló los temas que aparecen en el Sefer Yetsirah en estado embrionario, como el concepto de sefyroth, esos canales por los que circula la realidad divina, aportando a la cábala posterior sus premisas esenciales. Podemos afirmar que la terminología y las ideas de base del pensamiento gerundense han seguido siendo utilizadas posteriormente por todos los cabalistas que reconocen de este modo la fuerza de esa herencia intelectual y espiritual". (El Libro de la Formación. Sefer Yetsirah..., obra citada, introducción).

[86] Azriel. Cuatro Textos Cabalísticos. Ed. Riopiedras, Barcelona, 1994.

[87] Miriam Eisenfeld, en el prólogo al libro recién citado destaca: "Cuando Azriel define las sefiroth como 'la fuerza que determina todo lo que tiene límites, por medio de la numeración decimal (Yesirah 1, 2 y Pórtico 3) no disimula su cercanía intelectual con aquellos pensadores que estimaban que las matemáticas constituyen la fuente del saber y de la comprensión. Parentesco que también comparte con otros cabalistas como el autor anónimo del tratado Ma'arek et Ha-'elohut que escribió: 'Las diez sefirot son el fundamento de todo lo que se limita por medio del número, por lo tanto, ningún número puede superar lo decimal, como saben todos los matemáticos'." Y en otro momento agrega: "Nuestro autor recurre, como otros muchos de sensibilidad neoplatónica, a doctrinas que, tal y como se deduce de ciertos pasajes del Comentario al Libro de la Formación y del Pórtico del Interrogador, traslucen orígenes pitagóricos" (Op. cit.).

[88] Azriel. Le Commentaire sur la liturgie quotidienne. Leiden, 1974.

[89] Esta forma de exposición tiene sus raíces en el método inaugurado por Sócrates (y aún anteriormente por Pitágoras, aunque en éste no se pusiera por escrito) y cristalizado por Platón en sus diálogos. Es entendido sobre todo como una didáctica activadora de la reminiscencia y del pensamiento analógico y evocativo, así como una herramienta para ayudar a extraer la verdadera identidad de uno mismo. De hecho, es muy frecuente que tal recurso aparezca como soporte en la enseñanza de la Ciencia Sagrada de muchos pueblos y civilizaciones (como es aquí el caso de la Cábala o en la misma Tradición Hermética, donde muchos de sus libros revelados se expresan en base a preguntas y respuestas, tal el caso del Asclepio y algunos de los tratados de los Extractos de Estobeo, etc.), pues tal formulario es un símbolo de la constante interrogación que se abre en el corazón del iniciado y de la posibilidad que tiene de reconstruirse conforme al orden universal en la medida que va reconociendo las respuestas en su interior.

[90] Azriel. Cuatro Textos Cabalísticos...

[91] Azriel. Cuatro textos cabalísticos..., introducción.

[92] División de la Naturaleza. Ed. Orbis, Barcelona, 1984. Por su parte, Miriam Eisenfeld, una de las pocas mujeres que ha transgredido el silencio impuesto a las hembras en cuanto al papel activo de difusión del esoterismo judío, menciona en el prólogo referido anteriormente la llegada de algunos textos del esoterismo islámico y muchos otros de autores neoplatónicos, gnósticos y neopitagóricos escritos en griego o árabe a la región catalana-provenzal (en concreto a la escuela de medicina de Montpellier), donde fueron traducidos al hebreo y estuvieron así al alcance de los sabios cabalistas que supieron penetrar su esencia y extraer las simbólicas afines o idénticas a las que ellos habían recibido a través de su tradición. Esta escritora contemporánea cree que cuestiones tan importantes en los escritos de Azriel como "la relación entre el hombre y los elementos, la existencia del esperma femenino, la explicación de la procreación por medio de la metáfora vegetal, el origen del esperma en el cerebro –concepción pitagórica–, la existencia de dos cavidades en el interior de la matriz que determinan mecánicamente el sexo del embrión y la explicación de la erección fálica por un principio neumático" tienen su origen en numerosos tratados médicos de inspiración galénica que este cabalista conoció de primera mano.

[93] Hermes Trismegisto. Obras Completas. Corpus Hermeticum. Ed. Indigo, Barcelona, 1998.

[94] Azriel. Commentaire sur la liturgie...

[95] Lo que nos recuerda estas palabras de Proclo: "Es necesario prevenir todos los obstáculos contra la visita de los dioses y establecer en torno a nosotros un reposo total, para que la presencia de los espíritus llamados por nosotros se realice sin perturbación y en calma". (Oráculos Caldeos con una selección de testimonios de Proclo, Pselo y M. Itálico. Ed. Gredos, Madrid, 1991).

[96] Azriel. Commentaire sur la liturgie...

[97] Pasaje de una carta que Azriel envió a Burgos publicado por Scholem en Madda'ey ha-Yahadut, e incorporado por Sed-Rajna en el Commentaire sur la liturgie quotidienne.

[98] Scholem atribuye este texto a Azriel o su círculo. Se titula: Capítulo sobre la kavaná, por los antiguos cabalistas y figura en su libro Los Orígenes de la Cábala II.

[99] Azriel. Commentaire sur la liturgie quotidienne...