Hayyim Vital
Lo primero que llama la atención en este autor son las singularidades de su vida. En primer lugar fue alumno de Cordovero con el que trabajó solamente un año y medio o dos, hasta la fecha de la muerte de éste. Conoció en esa época también en Safed a Luria y estudió y laboró con él hasta su muerte, que se produjo dos años después de la de Cordovero. O sea, que con esa doctrina absorbida en tan poco tiempo construyó el edificio de lo que hoy nos ha llegado con el nombre de Cábala.
Esto se debe a que fue el transcriptor de la doctrina de estos dos grandes cabalistas, especialmente de Luria, que tan sólo escribió de propia mano un comentario al Sifra di Tzeniuta y unas canciones para la festividad sabática que aún hoy se cantan. Por lo que él es el verdadero autor literal de todas las obras atribuidas a Luria, a las que escribió personalmente, dando testimonio de estas enseñanzas.
Por otra parte, todo esto le había sido anunciado a Vital desde niño, por diversos signos y predicciones de diferentes magos y adivinas de su propia tradición. Por suerte, tenemos numerosos datos de la vida de este cabalista, pues él mismo se encargó de consignarlos en su El Libro de las Visiones252 (Sefer ha-Hezionot), siendo casi una anomalía esta obra autobiográfica no sólo dentro de la literatura judía, si no del misticismo en general.
Su obra ha sido múltiple y dispersa y siempre basada en las enseñanzas, como él dice, de su maestro Luria. Puede ser dividida en dos partes: el Etz ha-Chayyim (El Arbol de la Vida), comentario cabalístico y metafísico muy breve en el que son muy importantes sus referencias geométricas y el tema de los brazos o ramas del Árbol, y el Shemoneh Shearim (Las Ocho Puertas), obra voluminosa en textos y en contenidos. En 1660 se conoció este texto, que ya había circulado manuscrito de forma separada, pues cada una de estas puertas es un libro entero que trata tanto de la doctrina de las emanaciones, como del comentario al Zohar y de muchos tratados talmúdicos de acuerdo con los principios luriánicos. Igualmente se refiere a las meditaciones, plegarias y contemplaciones mágicas a las que Luria llamaba Unificación, inclusive uno de ellos llega a tratar de fisiognomía. También incluye el Sefer ha-Gilgulim (Tratado de las revoluciones de las Almas)253, que en realidad es el libro octavo de "Las Ocho Puertas" y que trata de la transmigración de las almas, tema con el que estaba muy familiarizado, pues lo vivía en carne propia de acuerdo con su autobiografía.254 En "Las Ocho Puertas" compendia todo el pensamiento de su maestro (aunque escrito de propia mano), con lo que estuvieron de acuerdo los principales sabios judíos del Oriente Medio, lo cual ha sido tomado posteriormente como las enseñanzas verídicas de Luria.
Vital escribió otros varios textos de distinto tipo, tanto referidos al Talmud y a las costumbres judías como al esoterismo de ese pueblo. Tales: Sha’aré Qedusha (Las Puertas de la Santidad), así como un conjunto de sermones exotéricos y de Cábala popular que sólo se conservan en manuscritos. En todo caso estas obras han tenido numerosas versiones y adaptaciones; el mismo Vital que trabajó en ellas durante veinte años las escribió y reescribió numerosas veces queriendo ser fiel así al pensamiento de Luria, que después de este tiempo era ya su pensamiento, más aún cuando en vida había tenido una relación de tipo teúrgico con él, al punto de que parece que detectaban comunicaciones invisibles a distintos niveles entre ambos.
Llama la atención igualmente que nuestro autor haya estudiado también de los años 1563 al 1565 y practicado la alquimia lo que, al parecer, continuó hasta el fin de sus días entre los muy pocos cabalistas que abordaron estos estudios. Después de esto Vital (que era de origen italiano, pues su segundo apellido era Calabrese), se ordena rabino en Jerusalén.255 Según se dice:
Sufrió de una enfermedad nerviosa que le impuso periódicamente estados depresivos, que él explicaba por el alto origen de su alma afectada por el descenso al abismo de la materia.
En realidad, como veremos al traducir ciertos textos de su autobiografía, era una persona señalada para cumplir una misión –siempre demasiado alta– que fue la de ser uno de los más grandes transmisores de la Cábala, y por lo tanto del esoterismo, hasta nuestros días. La vida de Vital no es de hecho muy diferente a la de otros muchos cabalistas. En verdad nos recuerda un texto de Alexandre Safran en su La Cábala256 que dice:
"¿Dónde está Dios?", se pregunta en todo momento el hombre de la Cábala. "¿Quién soy yo? ¿Qué es mi vida? ¿De dónde vengo? ¿Dónde voy? ¿Ante quién he de dar yo cuenta de mis actos?" El hombre no llega a resolver nunca por completo el enigma, no sólo del ne’elam, sino tampoco el del olam, aunque este mismo enigma le haga consciente de su obligación de ejecutar la "voluntad" de su creador.
Se podría decir que Vital, y por lo tanto Luria, es una feliz conjunción de la llamada Cábala extática de Abulafia con la Cábala de Sefarad y Provenza, lo cual estaba implícito en el propio Abulafia, y aun en Chiquitilla, que fueron capaces de combinar estas dos formas diferentes de perseguir un mismo fin.
Los últimos años en Damasco tuvo un grupo de alumnos alrededor de él y su hijo Samuel heredó sus manuscritos que fue dando a publicar poco a poco. Fue un prolífico escritor, tratando aparte de sus escritos cabalísticos, también textos morales y aún exotéricos y entre ellos un libro alquímico de más de 1.500 entradas, que trataremos un poco más adelante,257 otro cuyo tema es la astronomía,258 y el que a continuación presentamos, un conjunto de apuntes autobiográficos de extraordinario valor en muchos sentidos. Lo tomamos del texto de Book of Visions, del Rabbí Hayyim Vital, traducido por Morris M. Faierstein en su ya citado Jewish Mystical Autobiographies, aprovechando algunas de sus múltiples notas, y ha de permitirnos el lector presentar en este acápite una especie de mini antología, casi sin comentarios, de estos interesantes y curiosos escritos de Vital prácticamente desconocidos para los entendidos en el tema, y que no han sido publicados en castellano.
Como puede advertirse por las propias declaraciones de este maestro, loado sea, su destino está fijado y excede todo comentario, como supera todo comentario este documento excepcional de la "mística" judía.
Sucesos en mi vida
Estas son las cosas que me ocurrieron desde el día de mi nacimiento, que fue el primer día de Hashvan en el año 5303 después de la creación [1542].
1. Cuando mi padre y maestro, loado sea, vivía afuera de la tierra de Israel, antes de que emigráramos allí, un gran sabio, cuyo nombre es R. Hayyim Ashkenazi, fue huésped en su casa. Él le dijo: Sabrás que en el futuro tú viajarás a la tierra de Israel a vivir allí y un hijo nacerá para ti allí. Llámale Hayyim como yo. Él será un gran sabio, y no habrá ninguno como él en su generación.
2. En el año 5314 [1554], cuando yo tenía doce años, un gran experto en quiromancia vio las líneas en mi mano y me dijo: Sabrás que cuando vayas a cumplir veinticuatro años, muchos pensamientos entrarán en tu corazón que te forzarán a descuidar el estudio de la Torah por dos años y medio. Después, dos caminos se presentarán para ti, uno al Paraíso y el segundo a Gehenna. La elección será tuya. Si escoges el camino de Gehenna no habrá una persona más malvada en tu generación, y si eliges el camino del Paraíso, ascenderás a un nivel más alto de sabiduría y temor al pecado que ningún otro en tu generación, algo que es sin medida. Ninguna de sus palabras quedó incumplida.
3. En el año 5317 [1557], el R. Josef Karo, bendito sea, le ordenó a mi maestro, el R. Moisés Alshekh, en nombre del angélico Maggid, quien le había dicho que debía ser muy cuidadoso al enseñarme en la medida de sus posibilidades porque en el futuro, yo seré el sucesor de R. Josef Karo.
También me previno respecto a mis estudios, en el nombre del ya mencionado Maggid, diciendo que la mitad del mundo existe gracias al mérito de mi padre y maestro, gracias al mérito del magnífico tefillinque él había escrito, y que la mitad del mundo existe gracias a mi mérito.
4. En el año 5325 [1565], el sabio R. Lapidot Ashkenazi, loado sea,quien podía predecir el futuro, estaba en Safed. Su habilidad era tal que cuando traían a alguien ante él, ya estuviese vivo o muerto, aun alguien de una generación anterior, él les decía todo acerca de sus asuntos. Un día fui a su casa para hacer una diligencia, y no me mostró ningún respeto en modo alguno, ya que él no me conocía. Al día siguiente regresé a su casa. Tan pronto como me vio, inmediatamente se levantó y me otorgó gran respeto. Él me dijo: Perdóname por no comportarme respetuosamente ayer, pero no reconocí la importancia de tu Alma hasta la noche pasada, cuando tus virtudes se me dieron a conocer. Te aconsejaría cambiar todos tus pensamientos sobre las cosas de este mundo y dedicar todos tus pensamientos a elevar tu Alma a su lugar apropiado, ya que no es un Alma de esta generación, sino de las Almas del primer Tannaim. Si tú lo deseas, serás capaz de ascender a imponentes alturas conforme a la inmensa grandeza de tu Alma, algo que es sin medida. Por lo tanto, no debes pensar en ti mismo como un Alma humilde, sino como un Alma muy elevada, pues ésta es la verdad. Por esto, serás fortalecido en tu trabajo, como leemos respecto a Hezekiah, "Su corazón fue elevado en los caminos del Señor" [2 Cro. 17, 6]. Sabrás que sólo tienes un pecado que cometiste en el pasado y si reparas este pecado, ascenderás a alturas ilimitadas.
Luego, cuando conocí a mi maestro el Ashkenazi, bendito sea, él me habló exactamente como lo mencionado más arriba. Entonces, le dije lo que el R. Lapidot me había dicho, lo cual correspondía con lo que él decía, y estaba muy contento.
5. El mismo año. Vi a una mujer que era una experta en la adivinación por medio de dejar caer gotas de aceite en el agua, y ella me dijo: Estaba muy asustada por lo que vi en este aceite: indudablemente tú gobernarás sobre Israel en el futuro. Me parece que esto será en una ciudad a la orilla del mar como Sidón o Tiberias. Nunca vi a ninguna persona, en mi práctica de la adivinación por la gota de aceite, a tan alto nivel en toda esta generación.
6. En el año 5330 [1570] había una mujer sabia que predecía el futuro y era también experta en la adivinación por medio de la gota de aceite. Se le llamaba Soniadora.259 Le pedí que hiciera un hechizo sobre el aceite, como es costumbre, relacionado con mi comprensión de la sabiduría cabalística. No sabía qué contestarme hasta que asumió "su celo" [Nm. 5, 30], y fortaleció sus encantamientos. Se levantó, besó mis pies, y dijo:
Perdóname por no haber reconocido la grandeza de tu Alma: la importancia de tu Alma no es aquella de los sabios de esta generación, sino aquella de la generación de los primeros Tannaim, conforme a lo que vi en este aceite.
En respuesta a tu pregunta, me fue mostrado en el aceite lo siguiente: "Concerniente a este hombre que pregunta, los Sabios Talmúdicos, alabados sean, dieron una analogía a través de la parábola mencionada en el Midrash Canto de Cantos respecto al rey Salomón, bendito sea: ‘Aguas muy dulces burbujean desde un pozo muy profundo. Nadie sabe cómo jalar las aguas hacia arriba hasta que una persona inteligente viene y anuda varias cuerdas y desciende a beber’. Tienes el deseo y sed de conocer una disciplina llamada kabbalah, y estás preguntando respecto a ella; sabrás que comprenderás, como en la parábola acerca del rey Salomón mencionada más arriba, aquello que ninguno de los sabios que te precedieron fueron capaces de comprender. Un gran sabio vendrá este año a Safed desde el sur, de Egipto, y él te enseñará su sabiduría.
Y así fue, pues en ese año mi maestro, bendito sea, llegó de Egipto.
7. 5331 [1571]. Empecé a estudiar con mi maestro, loado sea, el Ashkenazi y me dijo todas las cosas que me habían dicho concerniente a mi Alma, que están escritas en otra sección.
8. El mismo año. Mi maestro, bendito sea, me envió a la cueva de Abbaye y me enseñó esa Unificación.260 Fui unido con su Alma y me dijo esas cosas que escribí en la sección arriba mencionada.
9. 5334 [1574]. El Rabino Mas’ud Cohen vino a Safed desde Dar’a. Me dijo que antes de su partida fue a despedirse del gran sabio y clarividente, el R. Abraham Avshalom. Éste le dijo: Para la vida [le-Hayyim] y para la paz [le-Shalom]. Él respondió: El significado de sus palabras es: Que él vendrá a mi, yo soy Hayyim, y me traerá saludos [Shalom] de él. Le dio todos los signos que me identificaban y le dijo que yo era un hombre joven que vivía en Safed. Y él le dijo: Dile, en mi nombre, que él es el Mesías, el hijo de José. Él viajará a Jerusalén y se le requerirá vivir allí por dos años. En el tercer año, el espíritu del Señor empezará a palpitar en él. De allí en adelante, habrá controversia acerca de él entre la gente de Jerusalén y la Galilea. La gente de Egipto ayudará a Jerusalén, pero la Galilea será victoriosa. Él regresará a vivir en Galilea y muchos miles de millardos de israelitas se reunirán a su alrededor. Reinará sobre ellos y les enseñará la Torah. Después, yo viajaré allí y seré el Mesías, el hijo de David, y él será el Mesías, el hijo de José, mi enviado. Deberá ser cauteloso cuando viaje a Jerusalén y no reunir personas a su alrededor, ya que esto le causará gran daño y también porque lo pondrán en prisión por esta razón. En lo que concierne a aquello que los sabios dijeron que el Mesías, el hijo de José, sería muerto, trataré con toda mi fuerza de salvarle de este decreto malvado, ya que respecto a él está escrito: "Él Te pidió la vida; Tú se la concediste" [Sal. 21, 5]. El significado de esto es: Porque el Mesías, el hijo de David, le pedirá a Dios que Él dé vida [Hayyim] al Mesías, el hijo de José, que se llama Hayyim, y Dios le concederá vida.
10. El mismo año el antes mencionado R. Mas’ud, hizo una pregunta adivinatoria acerca mío al despertar del sueño.261 Le dijeron que después de los dos años mencionados anteriormente, una viuda rica, que había oído de mí, vendría de un país cristiano a casarse conmigo, y yo me casaré con ella. Ella es una transmigración de la esposa de "Turnus Rufus"262 quien casó con el Rabbi Akiva y yo soy la transmigración de Rabbi Akiva. Después, tendré muchos discípulos y proveeré por su subsistencia durante quince años, y entonces, lo que Dios decrete para mí ocurrirá.
11. 5337 [1577]. Viajé a Egipto y otro sabio de Dar’a vino y me dijo todo, así como me había sido relatado por R. Mas’ud en nombre de R. Abraham Avshalom, como se menciona en la sección nueve.
Pasamos ahora a sus sueños a los que abordamos sin considerar al método analítico freudiano, ni cualquier otro, porque supera toda interpretación literal.
Mis Sueños
Estos son los sueños que soñé, aunque he olvidado muchos sueños.
3. 5324 [1563]. En la primera noche de Heshvan hice una pregunta al despertar del sueño sobre una cierta mujer, si ella era mi pareja predestinada.263
En el sueño había una casa grande con dos entradas, una en el este y una en el oeste. El padre de la mujer estaba en la casa y yo estaba afuera en la entrada del oeste. Yo tenía dos alas, como las alas de una águila grande. Su padre me dijo: Entra a la casa y vamos a ver si te puedo atrapar. Yo le dije: ¿No conoces mi nombre –todos me llaman el de las alas– cómo vas a poder atraparme? De nuevo me dijo: Entra y veremos si puedo. Entonces levanté mis alas y volé para adentro por la puerta del oeste y para afuera por la del este. Después, volé por el aire a voluntad y el padre de la mujer era como una piedra inanimada, imposibilitado de moverse de su sitio.
4. 5325 [1565] Mi esposa, Hannah, estaba comprometida a casarse conmigo y tuvimos una disputa. Hice una pregunta-sueño, si debía casarme con ella. Me contestaron con un verso: Ve, y diles, "regresen a sus tiendas" [Dt. 5, 27].
5. 5326 [1566]. Viernes por la noche, el 8 de Tevet. Recité el kiddush y me senté en la mesa a comer. Estaba derramando copiosas lágrimas y estaba deprimido y melancólico porque el décimo del Heshvan anterior me había casado con mi esposa, la mencionada Hannah, y había sido cogido por la hechicería. Le dije a Dios, Bendito Sea: Regresé con ella por el resultado a la pregunta-sueño anteriormente mencionada. ¿Cómo es posible que tan tremenda tragedia me haya sobrevenido –en particular, porque se refiere al pecado de las emisiones nocturnas, de las cuales me cuido? También lloré por los dos años que descuidé el estudio de la Torah de lo cual escribí en la sección concerniente a mi Alma. Mi angustia fue tan grande que no comí nada. Me tendí en la cama, llorando, boca abajo hasta adormecerme lejos de las muchas lágrimas y tuve un sueño maravilloso.264
Me vi sentado en la casa de Rabbi Shem Tov ha-Levi, bendita sea su memoria, recitando las oraciones minha, llamado momento de gracia en el Sabbath. Después de las oraciones, un hombre viejo se paró ante mí y se parecía a mi vecino Rabbí Hayyim ha-Levi Ashkenazi, bendita sea su memoria. Me llamó por mi nombre y me dijo: ¿Rabbí Hayyim, quieres salir a los campos ahora, conmigo, a acompañar a la Reina del Sabbath mientras se va, así como acostumbras hacerlo cuando llega, y yo te enseñaré cosas maravillosas allí? Le dije: Estoy aquí. Salimos afuera, hacia la pared de la vieja torre que está en el lado oeste de Safed, opuesto al khan, un lugar donde había habido previamente una puerta en la pared. Miré y vi una montaña muy alta, cuya cima estaba en los cielos. Sube la montaña conmigo y te diré por qué me enviaron a ti. En un parpadeo le vi ascender a la cima de la montaña y yo permanecí abajo, sin poder ascender, porque era perpendicular, como un muro, y no inclinada como otras montañas. Yo le dije: Estoy asombrado. Soy un hombre joven y no puedo ascender en absoluto y tú eres viejo, sin embargo asciendes en un parpadeo. Él me dijo: ¿Hayyim, no sabes tú que cada día yo asciendo y desciendo esta montaña mil veces para cumplir las misiones de Dios? ¿Cómo puedes estar sorprendido de mí? Cuando me di cuenta de que antes me había llamado Rabbí Hayyim y ahora Hayyim y no Rabbí Hayyim, y también cuando escuché sus palabras aterradoras, supe que verdaderamente era Elijah, de la tribu de Leví. Me quebré y empecé a llorar de gran terror. Entonces, lleno de lágrimas le supliqué y le dije: "Ten compasión por mi vida" [2 Reyes 1, 14] y llévame arriba contigo. Él me dijo: No temas, ésta es la razón por la que me enviaron a ti. Tomó mis brazos y me llevó hasta la cima de la montaña con él, en un parpadeo. Miré y vi una escalera, lo bajo de ella estaba parada en la cima de la montaña y su cima llegaba a los cielos. La escalera sólo tenía tres peldaños y la distancia entre cada peldaño era aproximadamente del alto de un hombre. Él me dijo: Me han dado permiso de acompañarte sólo hasta aquí. De aquí y más allá, verás lo que puedes hacer. Desapareció y lloré con gran aflicción.
Una mujer distinguida, bella como el sol, se acercó a la cima de la escalera. Yo pensé, en mi corazón, que era mi madre. Me dijo: Mi hijo, Hayyim, ¿por qué lloras? He escuchado tus lágrimas y he venido a ayudarte. Alargó su mano derecha y me elevó hasta la cima de la escalera. Allí vi una gran ventana redonda y una gran llama saliendo de allí, para atrás y para adelante, como un rayo, y quemó todo lo que allí se hallaba. Yo sabía en mi alma que era la llama de la espada que gira en remolinos que está a la entrada del Jardín del Edén. [Gn. 3, 24]. Llamé a la mujer con gran tristeza y le dije: Madre mía, madre mía, ayúdame que la espada no me queme. [Ella dijo] ¡Nadie puede ayudarte con esta llama; estás solo! Pero te daré consejo en lo que debes hacer: Pon tu mano en tu cabeza y allí encontrarás algodón, blanco como la nieve. Toma un poco y ponlo en la ventana flameante y se cerrará. Pasa por allí rápidamente.
En mi humilde opinión, el algodón que se había vuelto blanco eran los cabellos negros de mi cabeza –que son el juicio– a través de ciertos méritos en el secreto de "Y el cabello de Su cabeza era como lana limpia" [Dn. 7, 9]. Hice lo que me dijo y pasé rápidamente. En un momento la llama se disparó para afuera como anteriormente. Luego la mujer desapareció.
Elijah, bendito sea, volvió a aparecer como antes, tomó mi mano derecha y me dijo: Ven conmigo al lugar donde originalmente me habían enviado para llevarte. Me llevó a un patio enormemente grande con grandes ríos fluyendo a través de él para regar el jardín. En las dos orillas de los ríos había innumerables árboles bellamente frondosos con frutas maduras. La mayoría era de manzanas que olían a mirto y áloe. Los árboles eran muy grandes y las ramas se doblaban hacia abajo casi tocando el suelo. Sus terminaciones parecían un sukkah. Había innumerables pájaros en el jardín, que parecían gansos blancos, atravesando el largo y el ancho del jardín, recitando mishnahs del tratado Shabbat. Era entonces la noche del Sabbath, al comienzo del sueño. En el curso de su peregrinar recitaban un mishnah o un capítulo, levantaban sus cuellos y comían manzanas de los árboles, y después bebían de los ríos. Ésta era su actividad constante. Me habían hecho saber que éstas eran las almas de los zaddiqim, Maestros de la Mishnah. Sin embargo, yo no sabía por qué tenían forma de gansos y pájaros y no la forma de personas. Me condujo más hacia el centro del jardín hasta que vi un ático grande y alto, como si estuviera encima de una gran altura, pero no había ninguna casa debajo de él. Su altura sobre el jardín era como del alto de un hombre. Su puerta estaba en el oeste y había una escalera de tres pasos de piedra, desde el suelo a la puerta del ático. Elijah, bendito sea, desapareció. Ascendí solo por la escalera y entré por la puerta del ático. Vi a Dios, Bendito Sea Él, sentado en una silla en el medio de la pared del sur. Parecía como el Anciano de los Días, con una barba blanca como la nieve, en infinito esplendor. Los Zaddiqim estaban sentados en el suelo ante Él, en bellas alfombras y cojines, aprendiendo la Torah de Él. Yo sabía en mi Alma que ellos eran los zaddiqim llamados bnei aliyah. Tienen rasgos humanos, continuamente ven la Presencia Divina y aprenden la Torah directamente de Él. Éste no era el nivel de los Maestros de la Mishnah. Ellos tenían la forma de pájaros y gansos, porque de ellos se dice: Aquél que ve un ganso en sus sueños debería anhelar la sabiduría. Están en el patio y en el jardín, pero no ven la Divina Presencia con regularidad, como los habitantes del ático, y no aprenden la Torah de Él.
Cuando entré y vi su rostro devine confuso y fui apresado por el miedo. Caí al suelo sobre mi rostro a sus pies y no pude reunir ninguna fortaleza. El extendió su mano y tomó mi mano derecha y me dijo: Hayyim, mi hijo, levántate, ¿por qué has caído sobre tu rostro? No tengas miedo. Yo Le dije: Señor, no pude reunir las fuerzas y mi belleza se convirtió en corrupción por mi gran temor y no tengo ninguna fuerza para pararme. Él me dijo: Fortalécete y fortifícate, levántate y siéntate a mi derecha en este lugar vacío, cerca de mí. Yo repliqué: ¿Cómo me puedo sentar a Tu derecha en este lugar, pues ha sido preparado para Rabbí Josef Karo? Me dijo: Al principio lo pensé así, pero después le di otro lugar y éste ha sido preparado para ti. Le dije que este era el lugar del profeta Samuel, bendito sea. Él me dijo: Exacto, este es su lugar, pero cuando el Templo fue destruido, él asumió no volverse a sentar en este lugar hasta que el Templo sea reconstruido en el futuro. Desde entonces, se fue a Jerusalén, al Templo destruido, y está allí constantemente para lamentarlo hasta el momento de su reconstrucción. Por lo tanto, este lugar permanece vacío y Yo te he dado permiso para sentarte allí. Entonces me senté a Su derecha, literalmente junto a Él, en el lecho, como los otros zaddiqim que estaban allí.
Él me dijo: ¿Te gusta este lugar? Yo le dije: ¿Quién puede alabar la grandeza de este ático? Verdaderamente, explícame: ¿Por qué es que son estos Maestros de la Mishnah diferentes a los habitantes del ático; que deba haber una diferencia tan grande entre ellos como he visto con mis propios ojos? ¿Has olvidado lo que dijeron los sabios, que en el futuro Dios les dará alas y ellos vagarán sobre las aguas? Ellos dijeron eso de esta secta que se llama Maestros de la Mishnah, que tienen la imagen de pájaros con alas y vagan sobre las aguas que son los ríos del Jardín del Edén, como lo viste con tus propios ojos. Entonces le dije a Él: Señor, Yo recuerdo lo que está escrito en la introducción al Tikkunei Zohar concerniente al verso: "Si pruebas, etc., la madre que está sentada sobre los pichones, etc., toma sólo los jóvenes" [Dt. 22, 6]: los pichones son los Maestros de la Mishnah, los jóvenes son los cabalistas. Ellos son la elite, ellos tienen la imagen de niños.
Yo continué y le dije: Señor, "Si mi alma es digna ante tus ojos" [2 Reyes 1, 13-14] déjame aquí y no me regreses al mundo, "pues está claro para ti, que mi intención es hacer tu voluntad y temer, no sea que mis pasiones me hagan pecar" y perderé este lugar sagrado. Él me dijo: Aún eres un hombre joven y todavía tienes tiempo para ocuparte de mi Torah y los mandamientos. Necesitas volver para completar tu Alma y al final de tus días regresarás a este lugar. Si temes regresar al mundo, dame tu mano derecha y jura que no pondrás de lado la Torah por ninguna otra tarea, y Yo también te juraré que si lo haces, este lugar no le será dado a ningún otro bajo ninguna circunstancia. Éste será tu lugar, a mi derecha, para siempre. Extendí mi mano y juré cumplir todo lo anterior y Él también juró cumplir Sus palabras. Él me dijo: Ve en paz y no olvides todas estas cosas. Entonces, descendí desde allí solo y me encontré en el mundo, en medio del sueño, y no vi ninguna de las cosas que había visto cuando primero ascendí.
En todo caso está claro que si se realizan las transmutaciones en todos los planos y con los nombres divinos y su poder que los signa, el pasado, el presente y el futuro son abolidos y se vive todo en otro plano de la conciencia, y el alma individual con el alma universal se aúnan aunque la psiqué del cabalista tiene que manejarse con las imágenes almacenadas, su memoria, su conciencia, que las traduce de acuerdo a los programas absorbidos, que incluyen todo lo que le han enseñado y lo que han percibido sus sentidos. De allí que todas las tradiciones se hayan vivido como el centro del mundo, tal la tradición de los hijos de Israel. Por lo que la Cábala y su permanencia por siglos, el estudio y meditación sobre la Toráh, los demás libros sagrados bíblicos, a la par que el Talmud han creado un ambiente teúrgico donde se da la posibilidad de considerar estar viviendo con tres almas, las cuales se comunican permanentemente, ascienden y descienden en el Árbol de la Vida que describe las Numeraciones y Nombres Divinos los que el cabalista enuncia con precisión, como es el caso de Luria y Vital, y constituyen la posibilidad del tikun, la redención.
Pero en Dios no hay acepción de personas por lo que tampoco hay religión posible, aunque el aparato religioso y el medio místico son coadyuvantes muy valiosos en la realización espiritual o sea del Conocimiento de esos planos y sus interrelaciones, del mismo modo que lo describe el mágico Árbol de la Vida y los comentarios extraordinarios de los libros cabalísticos –lo que produce el multifacético saber del corazón o la intuición intelectual como rayo redentor. |