LA CÁBALA CRISTIANA FEDERICO GONZALEZ - MIREIA VALLS |
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Ramón Llull aparece como el Arbol cósmico del que nacen ramas que simbolizan algunas potencias del alma: la corporal imaginativa, la memoria, la voluntad y el entendimiento. Ramón Llull, Blanquerna, Valencia, 1521. |
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PRECURSORES DE LA CABALA HERMETICA EN EL RENACIMIENTO (1) |
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Ramón
Llull (c.1232-c.1316) y Arnau de Vilanova (c.1238-c.1312) Hay dos personajes de finales del medioevo que tendrán una importancia fundamental en el desarrollo de la Cábala hermético-alquímica del Renacimiento, de los que Manuel de Montoliu nos dice en la obra que les dedica y que justamente titula Ramón Llull i Arnau de Vilanova:42 Sobre el sabio de Mallorca son innumerables los estudios43 que le han dedicado investigadores de las más diversas disciplinas, dadas las sorprendentes experiencias de su dilatada vida (c.1232-c.1316) y la amplitud de temas por los que se interesó y sobre los que escribió. Por eso, en una obra como ésta que ahonda en las formas de vehiculación del pensamiento universal y primigenio y en cómo dicho pensamiento se transmitió a través de la Cábala hermético-alquímica y cristiana durante el Renacimiento, no podemos dejar de poner la atención en un hombre que nació y vivió en las tierras de Sefarad, viajando también por todo el Mediterráneo, justo en aquel periodo en el que aún convivían en España las tres civilizaciones del Libro. Y donde por cierto la Cábala estaba alumbrando sus más jugosos frutos en los escritos de Moisés de León, Chiquitilla o Abulafia. En el hacer de Ramón Llull y en su obra poliédrica se esconden señales de la Sabiduría perenne que subyace tanto en el cristianismo como en el judaísmo y el islam, Sabiduría que Lulio sintetizó en su "Arte", presentándolo como un "método" aconfesional que enseñaba a pensar y que daba a cualquier ser humano las herramientas intelectuales para reconocer en su conciencia la compleja trama del universo. Él mismo explica que dicho Arte le fue revelado en lo alto del monte Randa, y que era una emanación directa de los principios inmutables y universales, lo que tradujo en el empleo de unos soportes de intelección igualmente arquetípicos: los del número y la letra. Esto explica la enorme influencia que tendrá su legado en la mágica atmósfera del Renacimiento, y no tanto en su época agonizante, en la que su propuesta fue más bien incomprendida y rechazada, y él tachado de excéntrico, abstruso e incluso loco. Este complejo pensador de noble estirpe fue en su juventud senescal del rey Jaime I y se dedicó a la práctica de la poesía amorosa y cortesana, llevando una vida lisonjera y de placeres. Pero tras cinco visiones del Cristo en la cruz, abandona su familia, posesiones y prestigio social, y reorienta toda su existencia, encaminándola al estudio, la escritura y más adelante a la conversión de "infieles". Se lo ha visto como un gran místico, con largos períodos de vida eremítica, pero en otros momentos deviene un intrépido viajero, escritor incansable y diplomático que presenta su Arte ante doctores de las universidades de París y Montpellier, reyes y papas, con el firme propósito de promover una renovación de la civilización occidental desde sus cimientos, lo que implica comenzar por enderezar lo que pertenece al orden espiritual-intelectual. Empezamos citando de Frances Yates dos fragmentos de su obra Ensayos reunidos I. Lulio y Bruno44 porque nos ofrece una visión amplia de la ubicación de Llull dentro de la historia de las ideas de Occidente, así como de las fuentes de las que se alimentó: Y ya hacia el final del artículo matiza: Lo que no contradice el hecho de que el mismo Llull reconozca haber tenido tratos con algunos sufis del Islam, y en lo que se refiere a la Cábala son bien significativos los datos apuntados por José Mª Millás Vallicrosa en su artículo "La doctrina luliana y la Cábala":46
En esta compleja y extraordinaria arquitectura del pensamiento, Lulio asocia un número determinado de letras del alfabeto con nombres de Dios, a los que llama dignidades, y de cuyas relaciones y combinaciones deriva todo el orden del cosmos, constituyendo simultáneamente un soporte para la elevación del entendimiento por la escala de la conciencia. Tal como señala de nuevo Manuel de Montoliu en su libro citado anteriormente:
No es pues extraño identificar en el Arte que Llull va modelando a lo largo de sucesivas obras –Ars compendiosa inveniendi veritatem (1274), Ars demostrativa (1283), Ars inventiva veritatis (1290), Ars generalis ultima (1305) y finalmente Ars brevis (1308)–, muchas analogías con las especulaciones que los cabalistas49 medioevales expresaron a través de la simbólica del Arbol de la Vida, estructura viva del cosmos que se iba revelando en sus conciencias y que se sustenta igualmente en numeraciones (las 10 sefiroth) y en las 22 letras del alfabeto sagrado, de cuyas combinaciones se generan los Nombres divinos, además de ser un modelo en el que, como el de Lulio, subyace la geometría divina como una simbólica muy destacada (recordemos las divisiones del árbol en tres tríadas, tres columnas, cuatro mundos, la circularidad de las sefiroth, etc.).50 Después de la revelación en 1274, Ramón Llull se entrega a un periodo de vida eremítica y contemplativa en el que no cesa de escribir, y que se prolongará hasta 1287, momento en el que decide viajar a Roma para presentar su "descubrimiento" ante el Papa, pero éste y la curia hacen oídos sordos a su propuesta. Se dirige entonces a la universidad de la Sorbona de París, donde igualmente es despreciado por los doctores, y entonces opta por lanzarse a la predicación solitaria por tierras tunecinas, donde ensaya la idea de reunir a varios sabios musulmanes para exponerles sus saberes, con el fin de que se operara una conversión y ulterior concordia. Pero allí de nuevo es menospreciado y tiene que huir a toda prisa, pasando de nuevo por Roma, París y también Barcelona, donde presenta al rey Jaime II no sólo la idea de utilizar el Arte con fines apologéticos sino la posibilidad de emprender la reconquista de Tierra Santa. Una y otra vez sus propuestas no coagulan, y embargado por el desconsuelo y la soledad, viaja a la ciudad de Bugía, donde no sólo será rechazado sino perseguido, encarcelado y lapidado, escapándose en un barco que naufraga y del que se salva de milagro. Al alcanzar Italia prosigue con sus intentos de difusión durante un tiempo más, y al final de sus días parece que retorna a su Mallorca natal, vilipendiado e incomprendido por casi todo el mundo. Mas los constantes desprecios y acosos no menguan un ápice las certezas espirituales que ha vivido y de las que ha ido dejando testimonio una y otra vez en sus centenares de escritos de naturaleza filosófica, teológica, científica, religiosa, apologética, enciclopédica, etc. |
NOTAS | |
42 | Manuel de Montoliu, Ramón Lull i Arnau de Vilanova. Ed. Alpha, Barcelona, 1958, pág. 127. |
43 | Destacamos: Ramón Llull i el lul.lisme. Publicacions de l'Abadia de Montserrat, Barcelona, 1985, edición a cargo de Jordi Rubió i Balaguer; Armand Llinarés, Ramón Llull. Edicions 62, Barcelona, 1968, prólogo de Joaquín Carreras i Artau; Miguel Cruz Hernández, El Pensamiento de Ramón Llull. Ed. Castalia, Valencia, 1977; Robert D. F. Pring Mill, Estudis sobre Ramón Llull. Curial Edicions Catalanes, Publicacions de l'Abadia de Montserrat, Barcelona, 1991; J. N. Hillgarth, Ramón Llull i el naixement del lul.lisme. Id., Barcelona, 1998; Miquel Colom, Glossari General lul.lià. Ed. Moll. Mallorca, 1982; Michela Pereira, Barbara Spaggiari, Il "Testamentum" alchemico attribuito a Raimondo Lullo. Sismel, Edizioni del Galluzzo, Florencia, 1999; y muchas más. |
44 | Frances Yates, Ensayos reunidos I. Lulio y Bruno. Fondo de Cultura Económica, México, 1996, pág. 18. |
45 | Ibid., pág. 207. |
46 | Revista Sefarad, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid-Barcelona, año 1958, pág. 251. |
47 | En su obra Vida Coetánea, Llull explica que se alojó durante un tiempo en casa de Jacques de Molay, último gran maestre del Temple que fue quemado vivo en 1314. |
48 | Ramón Llull i Arnau de Vilanova, op. cit., pág. 39-40. |
49 | Dice Ramón en su autobiografía: "Entonces el reverendo maestro redactó un libro denominado 'Arte demostrativa', que leyó en público, y en la 'Lectura' que hizo explicó que la primera forma y la primera materia constituyen un caos elemental y que los diez predicamentos universales provienen y están contenidos en él, según la teológica y católica verdad". Ramón Llull, Vida Coetània. Ed. enSiola, Islas Baleares, 2004, pág. 34. |
50 | Se le ha reprochado a Lulio que en su sistema de ruedas haya números en vez de letras hebreas, teniendo en cuenta la importancia de las letras, y la del lenguaje que tiene tal preeminencia entre los judíos. Dicha descalificación alcanza a todos aquellos que han trabajado con el Arbol de la Vida sin saber hebreo o teniendo un conocimiento deficiente de la lengua. Sin duda esto limita al filósofo que se ocupa de Cábala, pero se ve claramente en el caso de Lulio, que la especulación con las letras no es imprescindible para los fines de la gnosis y se puede alcanzar el Conocimiento por la vía pitagórica hermética, advirtiendo que, por otra parte, esos números son a la vez letras en el alfabeto hebreo. Además muchos textos cabalísticos del período renacentista están escritos en latín, tal la Kabbala Denudata y prácticamente la totalidad de esta literatura fue olvidada por el pueblo de Israel hasta hace menos de un siglo. |