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Federico González, "Tarot de los cabalistas".
Buenos Aires, Editorial Kier, 1994, 185 págs. (Ambito Financiero,
Buenos Aires, 18-8-94).
Atinada lectura guiada del Tarot. Luego del derrumbre de los grandes relatos, el fin de siglo aparece signado por un retorno a las disciplinas herméticas. Frente a la gran oferta de textos surgidos de estas corrientes existen algunos que, ya sea por su calidad o por su resistencia al paso del tiempo, han logrado preponderar y crear una notable corriente de seguidores. Es el caso del I Ching y del Tarot. Cicerón distingue dos formas fundamentales de las artes adivinatorias. Según el autor del tratado "De la Adivinación" una de ellas es la espontánea, propia de los "videntes"; la otra es la surgida de las imágenes y los símbolos. En esta última clave habrá que "leer" las cartas del Tarot, cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos. El autor recorre las diferentes lecturas que surgen a partir de los 78 arcanos de la baraja esotérica y explica, carta por carta, las diferentes dimensiones de la interpretación. Además, incluye un interesante estudio, estrechamente ligado con la simbólica del Tarot. Para aquellos interesados en internarse en la profundidad alegórica del Tarot marsellés se incluye una guía de las diferentes técnicas de interpretación del oráculo. Rafael Bini De forma muy reiterada en los últimos años, todos los códigos simbólicos referidos a las formas tradicionales correspondientes han sido sistemáticamente usurpados por diferentes individualidades que en vez de respetar el espacio de sacralidad que la simbólica tradicional contiene, hacen uso de esta Simbólica Perenne mezclándola con las más increíbles formas de la imaginaria y de la elucubración, afirmando implícitamente que la Tradición es algo modificable, referido a unas u otras formas individuales, incluso a determinados poderes y situándola no más allá del ámbito de las propias biografías y experiencias. Nos referimos sobre todo a este supermercado de supuestos "brujos", técnicos en cartas astrales, videntes y adivinadores personales, que en el desarrollo de una supuesta brillantez usurpan los códigos sagrados, los mezclan con sus aspiraciones personales y la imaginaria al uso correspondiente e invierten de esta forma la esencia a la que se refieren. Ha emergido, sobre todo dentro de este movimiento de la Nueva Era, una especie de supuesta espiritualidad que brinda su amplio espectro para estos menesteres de la imaginación y el pillaje, alimentando la confusión y el desarraigo al situar la Filosofía Perenne como un aspecto más de sus sueños y de las cualidades individuales inferiores, que creen que la imaginación proyectada sin más en determinados códigos, números, astros, arcanos y otros, tiene algo que ver con una supuesta realización espiritual, que además en la parafernalia de su propia obra parecen desconocer completamente, pues aparece remitida siempre a lo "psíquico" y más grotescamente a lo comercial. El hecho es que en nombre de los códigos tradicionales arquetípicos y atemporales que se muestran a través de símbolos, ritos y mitos y que más allá de cualquier ámbito individual ofrecen al hombre la vía de la realización y trascendencia, se ha dado exhaustivamente la figura del supuesto autor que lo que ha hecho es hipotetizar desde una individualidad latente sobre lo que pertenece al dominio Universal. Por ello se hace hoy tan difícil el encontrar obras que sean ofrecidas para el discernimiento y que se refieran, sin más añadidos que la propia transmisión, a la esencia simbólica tradicional. Hacemos esta breve reflexión para introducirnos en el marco de un libro excepcional. Tanto, que se constituye por derecho propio en uno de los más importantes legados herméticos recibido en los últimos tiempos. Escrito de una forma puntual y breve, sin alardes literarios, ni fuegos artificiales, El Tarot de los Cabalistas es un compendio simbólico extraordinario que con transparencia y claridad introduce y sumerge al lector en el universo cabalístico de la magia. No hay aquí supercherías, ni recomendaciones personales, tampoco trucos o recetas. Aquí hay estudio, concentración y la reiteración, plena y vacía, de la simbólica hermética, de la que el libro es expresión. Si el arte real propone el conocimiento de la cosmogonía, para en su cumplimiento trascenderla, debe ser ello en el orden, y este orden, nos es dicho, no se reconoce por la acumulación, la erudición o el añadido, sino bien al contrario, por la transmutación de residuos psíquicos en posibilidad espiritual. Este es el fundamento de la alquimia y por ello el arte de debastar la piedra, es un arte de silencio y de concentración. El Tarot de los Cabalistas nos traslada al universo de la magia sin aditivos ni justificaciones y propone al lector una introducción al Tarot y a la Cábala ejemplar, pues no hay en sus líneas ápice de especulación. El Tarot de los Cabalistas sumerge al lector a través de los arcanos en el universo hermético; árbol de la vida, letras, números, astros, la introducción de algunos símbolos fundamentales y la reiteración del símbolo, del rito y del mito como expresión del legado tradicional, conforman la primera parte del libro. Nos parecen relevantes de ésta muchos aspectos, pero quisiéramos recalcar la síntesis que el libro propone, lo que lo convierte en un Tratado Hermético: lo sagrado y lo profano, lo esotérico y lo exotérico, lo vertical y lo horizontal, el símbolo del corazón, del laberinto, de los colores, arte y artesanía, una introducción ejemplar al árbol de la vida, y algunas biografías (Pitágoras, Platón) que son trasladadas al lector en una atmósfera de espacio que es amor. Aquel bivium de las escuelas medievales; la astrología del cielo y la alquimia de la tierra como síntesis de los códigos simbólicos universales que colman esta estructura de conocimiento, alcanza aquí esplendor. A continuación el libro se sumerge en el Tarot y ofrece un amplio recorrido: Los arcanos mayores y menores, las cartas de la corte, una memorable explicación de los números, una aproximación a diferentes tiradas del Tarot (de la cruz, del árbol, astrológica, del arco) y un puntual y breve diccionario de algunos símbolos del Tarot, conforman este Tratado que aquí referimos. Firmado por Federico González, que dirige la revista SYMBOLOS, y con la colaboración de Fernando Trejos, profesor de simbólica y escritor, El Tarot de los Cabalistas aparece como una obra hermética fundamental en este fin de siglo. Nada más, añadir que la portada parece mejorable, e igualmente la impresión de color, cuya revisión tal vez ocurra en próximas ediciones. Por lo demás, la obra se recomienda por sí sola, por lo que poco podemos añadir. Antonio Casanovas
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