Tu nombre es silencio. No el silencio audible
 de la belleza; ni siquiera la música perfecta de las esferas.
 Tu nombre es no. He caído fulminado en el piso del cuarto de
 baño. Me he visto estremecido y como un pellejo u odre vacío,
 abismado por la sola idea de lo que tú no eres, de aquello que
 no has creado. Verdadera dimensión del infinito, tu no ser.
 Ya que eres el inventor de todo lo imaginable y de la imaginación
 misma. Del vidente, la visión y tu autogeneración.
 
 
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