El caballero es un símbolo claro: un
hombre que maneja una bestia. Ningún caballo es malo de por
sí, pero algunos llevan demasiada sangre dentro. Son fuertísimos
los caballos, y algunos son tan bonitos como un sueño de niño
expandido al viento en la llanura. El caballero y su vehículo
son un solo animal jerarquizado. Se nos dice que el que ha domesticado
las pasiones ignorantes, cegadoras, caracolea de contento porque está bien
dispuesto a aceptar lo que le espera.
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