Hay tres
mundos en este mundo. Tres planos de lectura de los hechos o de las
cosas, amén del literal, que
es el único que de ordinario conocemos. Estos son grados de
consciencia o formas de vivenciar la realidad. Nadie ignora que el
conocimiento de estos planos ocultos se logra con el trabajo hermético
y que éste tiene mucho más que ver con la guerrilla,
que con la cursilería devota. Son tres los colores graduales,
los pasos de la Obra Alquímica, llamada transmutación
y también nuevo nacimiento. Este es el viaje iniciático,
la aventura interior, la ascensión por grados en la escala evolutiva.
El rojo se asocia a la fe y a la pasión necesaria para encarnar
el Conocimiento. El verde obviamente ligado a la esperanza y también
a la regeneración, significa la primavera que por fin se abre
después del invierno. El blanco simboliza la plenitud y la caridad.
De la luz blanca se irradian todos los colores. Del color negro sólo
diremos que –por lo más alto– se asocia con el No-Ser.
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