LA CÁBALA CRISTIANA FEDERICO GONZALEZ - MIREIA VALLS |
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Se ve al jesuita Kircher con el compás en la mano como el autor de su obra, que graficamos sintéticamente en el cuadernillo que sigue a continuación, la cual abarca varios libros donde en todos es excelente la representación iconográfica –como en Fludd– que constituye lo más importante de su producción. A. Kircher, Iter extaticum. Caspar Schott, Würzburg, 1671. → |
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Athanasius Kircher (1601-1680) De igual manera la idea medieval de iluminar los textos fue recogida en la edición de los libros renacentistas que siguieron publicando grabados que, a través de las nuevas técnicas y su desarrollo paulatino, llegaron a ser fundamentales en esta literatura –pionera de artes de consumo muy actuales– que pasó a utilizar estas imágenes no ya como algo separado de los textos, sino como el texto en sí, y no algo agregado al discurso. Este es el caso de dos autores que se encuentran distanciados geográficamente y en el tiempo histórico ya que hay entre ellos medio siglo y también la distancia provocada por los casi inexistentes medios de comunicación de esos tiempos que, sin embargo, no constituyeron barreras dada la enorme distribución de los conocimientos cabalísticos en toda Europa, que tomó la forma de una moda que duró aproximadamente todo el Renacimiento y se ha proyectado hasta la fecha. De ellos debemos destacar por su número y calidad artística en primer lugar a los libros de Alquimia, disciplina que aquí estudiaremos en capítulo aparte, donde veremos las relaciones entre el saber cabalístico y el alquímico, aunque ahora nos limitaremos a mencionar someramente la obra de estos dos estudiosos que en sus grabados y textos nos hablan de la Cábala hebrea, que no sólo conocen sino que incorporan a sus propios idearios, nos referimos a Robert Fludd (1574-1637)334 y Athanasius Kircher (1601-1680) autores de obras enciclopédicas sobre la Ciencia Sagrada que, como acabamos de decir incluyen la Cábala y su relación tanto con las disciplinas paganas y teúrgicas, como con el cristianismo. En el caso de Kircher estos estudios se prolongan a la inventiva de la naciente ciencia experimental, que algunos llamaban magia natural y que comenzó su andadura histórica en ese entonces con el resto de las disciplinas científicas que se han ido desarrollando, en algunos casos desechando, para bien o mal, según las perspectivas. Las imágenes poseen un formidable poder comunicador, por lo tanto didáctico, en la medida en que sintetizan, grafican y embellecen conceptos y vivencias que son capaces de transmitirnos por medios iconográficos. El hermetismo, el gnosticismo y la Cábala se han volcado en diagramas y esquemas, en los que algunos sólo han querido ver talismanes o amuletos. Pero para imágenes ¡qué decir de las de la Biblia! que han sido pintadas una y otra vez por el judeocristianismo ya que puede hacerlo de acuerdo a sus teologías en oposición con el Islam en el que las imágenes están prohibidas, aunque no la graficación de las figuras geométricas y proporciones aritméticas en las que basa su arte. Especialmente nos lamentamos en este caso de la falta de espacio, puesto que nos gustaría explayarnos más sobre el jesuita, sus textos y grabados, que vincularemos con Robert Fludd y la mención de Michael Maier (1568-1622), un alquimista, que ya hemos abordado anteriormente335 y que aquí no repetiremos por no tener una relación directa con la Cábala sino con la mitología griega, aunque no es el caso de Kircher y Fludd que hacen profesión de la Tradición Hermética y utilizan la Cábala en sus sistemas totalizadores. Recorreremos esta parte de nuestro estudio junto a Joscelyn Godwin, al que hemos agregado algún otro autor, porque consideramos que ha estudiado exhaustivamente la obra de los escritores que estamos considerando. Comenzando con Athanasius Kircher del que Godwin nos dice al inicio de su trabajo a él dedicado336 y que nos lo ubica en un Renacimiento tardío:
A instancias de su padre, un teólogo con amplia biblioteca, estudió hebreo y otras materias con un rabino en su pueblo que compartía con la educación que le impartían los jesuitas de Fulda, Alemania. Con el tiempo le tocó enseñar hebreo años después en Heiligenstadt, junto con matemáticas, contando apenas con ventitrés años ya que fue siempre un prodigio, a la par que sucedían en su existencia personal toda clase de hechos asombrosos –como fue el caso de Pico de la Mirandola y varios otros según hemos visto– en los que varias veces estuvo en peligro su propia vida.
Su ingente obra es extraordinaria y como posibilidad de construir un eje interno, una estructura a tamaña exuberancia destacaremos dos citas de Godwin, tomadas del propio Kircher que desnudan una parte de su pensamiento bajo el oropel de las ciencias y el "éxtasis del saber". En el Arca de Noé se asevera que:
Lo cual explica el profundo matrimonio de Hermes con el pueblo judío y el interés de Kircher por la Cábala, incluso como estructura de su pensamiento.
En Aritmología, publicada en 1665 en Roma, y editada en castellano por Atilano Martínez Tomé340 se desvela en gran parte el pensamiento central de nuestro jesuita, siempre inacabado. En este manual de Cábala Pitagórica en la línea de Reuchlin y Agrippa, agrega nuevos desarrollos matemáticos en la mejor tradición de la Cábala y Alquimia Judía (de la cual ya nos da cuenta Zósimo,341 alquimista y mago greco judío en el siglo IIIIV), respecto a talismanes y amuletos y en particular a la perfección paradójica de los cuadrados mágicos, atribuidos los primeros a los siete planetas y que, como se sabe, tienen la particularidad de producir por medios lógicos y arbitrarios, –propios del sistema decimal y su representación geométrica– el más completo asombro y la idea de que nuestra comprensión está limitada sólo a tres dimensiones, un mundo chato y casi plano, al que le faltan aún se concedan acaso otros que les dieran una perspectiva nueva, multidimensional, dodecaédrica, más bien tenue y transparente, un imaginal con iluminación ambiental, siempre infusa.
Pero estos cuadrados mágicos son los esenciales porque es lógico que puedan progredir indefinidamente teniendo dentro otros cuadrados a los que llaman hijos, y puede haber varios en un cuadrado cifrado con un número alto de hijos que, eventualmente podrían reproducirse a su vez hasta varias generaciones donde se reproduciría el encuadre que nos signa, de modo sintético, un clon nuestro resumido que a veces es visto como la cárcel de la mente. Imaginemos que esta explosión numérica sea la de la multiplicidad de los seres y las cosas y por lo tanto de los números que los signan y que además estén cargados de diversos significados en la Cábala Pitagórica que, por otra parte, se corresponde de modo exacto con los cuadrados judíos, donde las letras eran designadas con los signos hebreos, ya que no había llegado la numeración arábiga de procedencia hindú. En todo caso hablamos de veintidós letras que al mezclarse con los números antes vistos obviamente potenciarán las combinaciones posibles. Y lo más importante es que todas estas letras pueden constituir palabras. Y con ello, sintetizar la totalidad provocando así la generación, siempre junto a quienes elevan un himno de fe, amor, y esperanza por alcanzar la Sabiduría y la Fuerza. Estamos hablando de un tabernáculo de letras inflamado, el laboratorio del mundo, nuestro athanor, que los números y las letras y por lo tanto las palabras con su poder creador cristalizan. Respecto a los números nos dice sintéticamente del 1, del 4, del 7 y del 10, 4 = (1+2+3+4=10) = 1+0 = 1; 7 = (1+2+3+4+5+6+7=28) = 2+8 = 10 = 1+0 = 1, formas y nombres que significan la unidad en distintos mundos o planos. Como se ha dicho repite lo que hemos destacado en nuestros acápites sobre Reuchlin y Agrippa al igual que lo de los cuadrados mágicos que ya hemos mencionado, en tanto que modelos de prácticas teúrgicas y cabalistas.
El estudioso que ha traducido y estudiado esta obra y que ha tenido en cuenta los aspectos esotéricos y los diversos niveles a que se refiere en su exposición, ha comprendido que estos no se anulan entre sí, sino que al enfrentarse se complementan y llegan a superponerse de modo natural.344 Así A. Martínez Tomé en su prólogo nos anota tres importantes consideraciones sobre este tratado de Cábala Pitagórica.
Y en la página 12:
Acabando en la 13:
En efecto, este pequeño manual ritualiza una vez más la Tradición Hermética, el neoplatonismo y la Cábala gnóstica, judía y cristiana, o judeocristiana si se ha de considerar su nacimiento en las juderías y aljamas del sur de Francia y España en el medioevo y que se prolonga en Safed y los judíos Askenazi, y por otra parte en el material que estamos estudiando, el de la Cábala en el Renacimiento, que se expresa de modo cristiano en algunos sectores y autores como el católico Kircher, sacerdote jesuita e igualmente de modo pagano, como es nuestro caso, no sólo por el trasfondo de la filosofía griega, sino también por los ritos numéricos pitagóricos, donde se invocan los dioses, semidioses y héroes del panteón, como parte activa de la realización intelectual a través de las ideas que los números representan. Pero también en relación con el alfabeto hebreo y el nombre de las sefiroth vinculadas con los astros y los poderes conferidos a los nombres divinos, arcangélicos y angélicos, sin la menor vinculación con los usos y costumbres de estos o aquellos, completos profanos, o por la hipocresía de lo político o moralmente correcto, juzgando según la ocasión, pero siempre movido el personal hipnotizado por el odio, producto de la envidia y el miedo que se opone a la iniciación, la que es una simple mentira para ellos, que lo saben con "razones de peso", sin advertir que están siendo víctimas de una burla y que los autores –que algunos han llamado espíritus inmundos– se regodean en ello. Bien grueso. Veamos ahora el cuadro que publica en la página 273 de su tratado.
Como se puede apreciar las correspondencias entre sefiroth y planetas están claras, a lo que hay que agregar los nombres teológicos católicos de los distintos grados del mundo intermediario. Pero en Aritmología hay mucho más y de diversa naturaleza, todo ello alrededor de los números y de las sefiroth, cuya traducción ya sabemos corresponde a numeraciones. En el primer capítulo se encuentra un estudio muy interesante sobre la historia de los números y su evolución que, amén del significado que adquiere en este tratado, es igualmente útil para cualquier curioso. En el segundo ya se trata sobre algunos misterios de los números que los prónicos denominan propiedades. En la parte III se habla de los números de los árabes y hebreos y sobre los sellos místicos que elaboraban a partir de ellos. La cuarta parte es un muy documentado trabajo sobre la "Aritmomancia a través de la Isofefia de los misterios de los números de los gnósticos herméticos del primer siglo con los que se servían en sus magias". Este capítulo es un pequeño tratado de 40 páginas donde denostando el pensamiento de las prácticas gnósticas revela los fundamentos y las técnicas de estas artes condenadas. Y así hasta llegar a las cadenas místicas de los números y la Cábala Pitagórica en su expresión geométrica plana y volumétrica, los teoremas, etc. Pondremos fin a este breve apartado volviendo a las imágenes con las que comenzamos, lo cual nos ha dado pie para publicarlas aquí mismo como texto, ya que consideramos forman parte constituyente desde la Edad Media del discurso hermético y alquímico compartido con la Cábala. Para terminar queremos citar una frase de un libro dedicado a Kircher de Ignacio Gómez de Liaño346 con un material gráfico extraordinario y un prólogo donde se destaca sabiamente el poder de las imágenes y su razón de ser de este modo:
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NOTAS | |
334 | Sobre Fludd ver también: Federico González, Las Utopías del Renacimiento. Esoterismo y Símbolo, op. cit., y en el presente libro el acápite "Siglo XVII: Thomas Vaughan, Elías Ashmole…" en "Cábala y Alquimia". |
335 | Ver en Las Utopías del Renacimiento…, op. cit., pág. 228. Muchos de los grabados de los tres autores han sido también publicados en nuestros libros y en la Revista Symbolos, aunque evitaremos reproducirlos debido a la abundancia de material gráfico que estos generosos sabios han producido. |
336 | Joscelyn Godwin, Athanasius Kircher. La búsqueda del saber de la antigüedad. Editorial Swan, Madrid, 1986, pág. 15. Los pies de página de los grabados que hemos seleccionado de A. Kircher son citas extraídas de esta obra de Godwin. |
337 | Ibid., pág. 15-17. |
338 | Ibid., El Arca de Noé, pág. 55. |
339 | Ibid., Oedipus Aegyptiacus, pág. 101. |
340 | Kircher, Aritmología, "Historia real y esotérica de los números". Traducción del latín, introducción, glosario y notas de Atilano Martínez Tomé, Editorial Breogán, Madrid, 1984. |
341 | Ver nota 17. También ver A.J. Festugière O.P., La Révélation d'Hermès Trismégiste. Les Belles Lettres, París, 1989, Tomo I, primera parte, Capítulo VI y ss. Además ver Jean Rivière, Amuletos, talismanes y pantáculos. Capítulo I, Ediciones Martínez Roca, Barcelona, 1974; y Textos de Magia en Papiros Griegos. Introducción, traducción y notas de José Luis Calvo Martínez y Mª Dolores Sánchez Romero, Editorial Gredos, Madrid, 1987. |
342 | Aritmología, op. cit., pág. 79. |
343 | Ibid., pág. 269-270. |
344 | Aunque se advierte que estos planos por los que atraviesa el alma son muchas veces opuestos entre sí ya que están invertidos y lo que es mayor en un mundo es menor en otro, debiendo siempre equilibrarse, estabilizarse las cosas por medio del desequilibrio y la desestabilización; en el viaje de ruptura de nivel, siempre una muerte y su resurrección. |
345 | Aritmología, op. cit., pág. 11. |
346 | Ignacio Gómez de Liaño, Athanasius Kircher, Itinerario del Éxtasis o las Imágenes de un Saber Universal. Ediciones Siruela, Madrid, 19852001, pág. 25. |
347 | Ver también Fray Diego Valadés, Retórica Cristiana. Fondo de Cultura Económica, México, 1989, del cual publicamos un grabado en la pág. 610. |
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