PRESENCIA VIVA DE
LA CABALA FEDERICO GONZALEZ - MIREIA VALLS |
PALMERA SALMO
XCII |
El SEFER YETSIRAH Y EL BAHIR (2) |
El
Bahir: El libro de la Claridad Como en el Sefer Yetsirah su tema es el alma por la que transcurren numerosas aventuras engendradas por temor a Yahvéh, o sea por profundo respeto a lo sagrado y a la autoridad de su Tradición expresada por Moisés y su decálogo, al que sin embargo trascienden en sus especulaciones, más allá de la ley. Por lo que han sido perseguidos los sabios israelitas, como otros muchos en distintas tradiciones abrahámicas donde hoy se visualiza al conocimiento de lo sagrado como una forma de la fantasía, en el mejor de los casos, o algo rígido que puede ser utilizado como forma de poder, individual o socialmente. El Sepher ha Bahir, o Libro de la Claridad46 recibe este nombre del libro de Job, (37, 21) que dice así:
Trabajaremos aquí con la versión bilingüe hebreo francesa de Joseph Gottfarstein (Verdier, 1982) en donde al presentar su trabajo sobre el tema y refiriéndose al estilo del Bahir afirma:
Y agrega más adelante:
lo que es evidente al comparar sus distintos textos y la estructura y las imágenes de los mismos, que son más explícitas en la literatura cabalística española posterior. Y finalmente Gottfarstein anota:
Esto fue así para este tratado desde su difusión en el siglo XII en que fuera calificado de herético, lo que ha sido una constante en relación con la Cábala (gnosis hebrea) hasta nuestros días frente a un rabinato religioso y literal que cree defender la Tradición judía, identificándola con la ley, vinculada a la piedad por la piedad misma y sólo a la observación de usos y costumbres.47 Gershom Scholem que estudió el Bahir por cerca de cuarenta años en su aspecto conceptual e histórico y escribió sobre él una importante contribución de 180 páginas (un libro) en su Los Orígenes de la Cábala, amén de otras menciones a lo largo de su obra, afirma entre otras muchas cosas en cuanto al pensamiento subyacente presente en estos textos fragmentarios e inconexos después de haber explicado el concepto de pleroma (plenitud) y el empleo vario de este término:
Y luego añade después de haber analizado pormenorizadamente los elementos que avalan su pensamiento:
El erudito judío, una de las columnas que estructuran este estudio, desconoce la idea de una gran Tradición Primordial, siempre presente y aún viva, tal como lo estuvo para los israelitas del tiempo en que fueron escritos los textos sapienciales cabalísticos, así como los que escribió Moisés que son, en definitiva, la fuente de donde emana toda la gnosis judía. Con esto queremos decir que la Tradición en última instancia es atemporal y posee un espacio propio fuera de todo tiempo y lugar, perfectamente actual y por lo tanto siempre permanece renovada y a-histórica.49 Por eso son vanos los esfuerzos profesionales y "académicos" por querer clasificarla casi entomológicamente y que una vez realizada esta operación, de previa desinfección y ornato, recién esté apta para ser digerida, aunque sólo en un contexto histórico determinado y en un lugar específico, lo que no es afortunadamente el caso de Scholem. Este autor ha desdeñado anteriormente la influencia de otras corrientes de pensamiento que podrían haber determinado estos textos, entre ellos la tradición neoplatónica o la hermética, ciñéndose solo a la "gnosis", enfocando en exclusiva esta "hipótesis", como si ésta fuera algo per se, referida al catálogo burocrático de la misma (Valentín, Simón, los ofitas, etc.), sin adentrarse un poco más, sobre todo en la Tradición Hermética, prediluviana y heredera del dios Thot egipcio50, que en realidad se ramificará en las gnosis de los siglos I a V, como posteriormente esa inmensa tradición también adoptará en épocas cristianas para expresarse la sabiduría de la Cábala judía. De hecho, como dijimos la "famosa" biblioteca gnóstica de Nag-Hamadi que consta de textos fundamentales gnósticos como el Evangelio de Tomás, el Evangelio de María y el Evangelio de los Egipcios, contiene también el Asclepio, en copto, especie de condensación de toda la Tradición Hermética del que sólo se conocía una versión latina muy difundida en los primeros siglos del cristianismo, la Edad Media y el Renacimiento. Hemos visto que la "doctrina de las emanaciones" que genera en el plano intermediario, dioses, diosas, planetas, círculos, esferas, espíritus, arcángeles y ángeles, etc., es expresada en la Cábala por las distintas numeraciones que identifican a las sefiroth al constituirlas. Y por las veintidós letras que conforman las vías que las unen. El pleroma y sus eones no son sólo exclusividad de la "gnosis" sino que se encuentran de modo unánime en todas las tradiciones menos en las religiones monoteístas, aunque en éstas se hallen de una manera oculta, subterránea, y han subsistido hasta hoy por medio de muchos de sus símbolos, e incluso de los ritos y especialmente en sus textos sagrados.51 Es aclarador lo que dice el Poimandrés, XI y XIII, texto perteneciente al Corpus Hermeticum, al respecto:
También para el Bahir 142, la creación comienza a perfilarse en la sefirah número dos Hokhmah (Sabiduría) o sea en la dualidad en perfecto acuerdo con la Merkabá, para la cual el cosmos no nace en la letra aleph, la primera del alfabeto, sino en la segunda, beth, y en la palabra Bereshit con que comienza la Toráh. Y continúa el Corpus Hermeticum:
Queremos citar aquí un texto obviamente análogo del Bahir 179:
En términos generales pudiera decirse que el Sefer Yetsirah trata más las numeraciones pese a la atención pormenorizada que otorga a las letras, aunque en este texto que estamos viendo los nombres, y por lo tanto el alfabeto están más destacados que las numeraciones del Sefer Yetsirah, del que parece ser en algunos momentos un comentario. Como dice el Libro de la Claridad 41:
Así a partir de la Unidad se organizan los Principios o Nombres que darán lugar posteriormente a la construcción del Árbol Sefirótico que se irá poco a poco realizando a partir de la primera Tríada, y luego con la contribución de las sefiroth llamadas en la Cábala "de construcción", y que son las 6 (o 7) restantes, las que irán estructurando el Árbol hasta su conclusión final en la décima numeración, Malkhuth. He aquí un texto del Bahir 186 donde de modo fragmentario, confuso, acaso de varias manos, se va cristalizando la cosmogonía y teosofía cabalística en varios aspectos fundamentales.
Y reafirmando agrega, destacando la diferenciación entre lo uno y lo otro ya que la creación es siempre doble:
Y en el acápite 98 el texto sigue aclarando siendo consecuente con su título:
En otro apartado, el 176, lleva la analogía del Árbol del mundo al cuerpo humano, o sea, entre el macrocosmos y el microcosmos, como bien enseñado está en la célebre Tabla de Esmeralda Hermética:
Varios siglos después –en el XVII– el cabalista español (el único que ha escrito en esta lengua) Abraham Cohen de Herrera56 en su Puerta del Cielo57 lo expresa de este modo:
Repasar una y otra vez los textos del "Libro de la Claridad", soportes para la meditación y el conocimiento, es ir adentrándose en planos cada vez más profundos y sutiles del Ser Universal, del Adam Kadmon Primordial, que se expresa en todos los mundos, densos y sutiles, formales e informales, manifestados e inmanifestados que van estructurando un nuevo cuerpo de luz. Mario Satz, en su traducción al castellano de nuestro libro afirma en su prólogo58:
También Aryeh Kaplan ha realizado la primera traducción del Bahir al inglés59 en la que sostiene la antigüedad de estas enseñanzas y fechándolas en la primera centuria de nuestra era, se las atribuye a Nehunia ben Hakana, mencionado en el propio texto y también en el Talmud, uno de los principales cabalistas de ese siglo. Sería un especie de pre-Sefer Yetsirah, puesto que aunque publicado por primera vez en el siglo XII, constituye una serie de enseñanzas orales transmitidas por las escuelas talmúdicas y que sólo fueron puestas por escrito en esa fecha. Incluso dice que muy probablemente el presunto autor del Zohar, Simón bar Yohai –personaje místico del siglo II al que se atribuye esa paternidad– parece estar familiarizado con esas ideas y es el que las expone. La edición de A. Kaplan es minuciosa y, acápite por acápite, comenta el texto que igualmente se publica en hebreo. Incluso la doctrina de la Tsim-Tsum, atribuida generalmente a Luria, la encuentra ya en el Bahir, en sus acápites 25 y 54, donde, desde luego no está tan clara como en el texto de Luria-Vital, El Árbol de la Vida (Etz Hachayyim), aunque por nuestra parte creemos verla también en el Zohar y en la obra de Cordovero. De hecho queremos aclarar que para nuestro estudio la fecha y la autoría de estos textos sagrados (Sefer Yetsirah, Bahir, Zohar, y aún los bíblicos) es secundaria con respecto a los textos en sí que lo contienen todo. |
Solo nos cabe señalar que este sagrado Sefer ha Bahir fue traducido al latín por Flavius Mithridates –importante personaje, también maestro de otros adeptos– a pedido de Juan Pico de la Mirándola que como se sabe fue el introductor de la Cábala para los cristianos en el Renacimiento, lo que ha dado lugar como ya dijimos a la llamada Cábala Cristiana. |
NOTAS | |
46 | También se lo conoce como el Midrash de Rabbi Néhounia ben Haqana. Este rabí aparece en el tratado Hekhalot Rabbati como jefe de los sabios de Israel y maestro humano de Rabí Ismael, enseñando a todos ellos convocados para la ocasión los secretos del ascenso y descenso del Carro divino (Merkabá). Ver más adelante pág. 55, y 206, n. 179. |
47 | Con referencia al sábado y a su inacción inviolable, por ejemplo, véase el Nuevo Testamento donde Jesús de Nazareth, apostrofa a los rabinos por su literalidad y donde se concluye lapidariamente: "El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado." (Marcos 2, 27). |
48 | G. Scholem, Los Orígenes de la Cábala,compilación de R. J. Werblowsky. Ed. Paidós, Barcelona-Buenos Aires, 2001, 2 vol. |
49 | Para realizar esta obra nos hemos basado en las mejores traducciones disponibles y en el material crítico de los grandes estudiosos del siglo XX, comenzando por Gershom Scholem que junto con Charles Mopsik, Aryeh Kaplan, Moshe Idel y otros, fundamentan este libro, aunque no siempre se está de acuerdo con ellos. |
50 | Las relaciones del pueblo de Israel con Egipto son múltiples y comienzan con el primer exilio llevado a cabo por José vendido a esa tierra y que fue comprado por Putifar, eunuco de Faraón y jefe de los guardias (Génesis 39, ss). Posteriormente, la historia bíblica nos cuenta del episodio de Jacob que tiene que dejar su tierra y exilarse en Egipto por orden de Yahvé (Génesis 46, ss); más luego, de la esclavitud en Egipto y la liberación de Moisés y su pueblo. En numerosas ocasiones ha tenido contacto con lo sucedido siempre con pueblos vecinos, incluso la mujer de Salomón era hija del Faraón de ese país. Estos contactos por tiempos prolongados deben tenerse muy en consideración por los estudiosos de la historia de las religiones. Lo mismo con lo que respecta al simbolismo novo testamentario de la huida del Maestro Jesús igualmente a Egipto, parte integral de la historia sagrada del cristianismo. |
51 | Ya en el judaísmo de principios del siglo I Filón de Alejandría menciona las emanaciones, aunque de modo alegórico. En el siglo V, en el ámbito cristiano debe subrayarse nuevamente la presencia de Dionisio Areopagita que equipara a los eones con los Nombres Divinos, intermediarios entre Dios y su creación, simbolizados por mensajeros con nombres de arcángeles, ángeles, etc. |
52 | Adoptamos para esta línea la traducción castellana de Mario Satz. El Libro de la Claridad. Obelisco, Barcelona, 1992. |
53 | El grano de mostaza del que se habla en el Evangelio cristiano es la imagen de lo más pequeño. |
54 | Este anillo podría ser también un aro o una rueda, en este caso las de la Merkabá. De todas formas la esfera que gira sobre sí misma y la que la rodea también pueden representar realidades astronómicas, cosmológicas, al igual que la rueda dentro de la rueda de los profetas del Antiguo y Nuevo Testamento. |
55 | El Árbol Sefirótico se construye así con dos columnas visibles y la central, supuesta e invisible, pero el origen de la construcción del conjunto. La que encabeza Hokhmah es masculina, la de Binah es femenina. |
56 | Judío al que se atribuía descender de noble origen judeocristiano español no produjo su gran obra en hebreo o arameo como era lo que se estilaba en la época. Gran viajero como su padre que fue su maestro, recorrió casi toda Europa. Muy criticado por numerosos rabinos, tuvo una vida aventurera y misteriosa. Incluso cayó preso y fue liberado por la reina de Inglaterra. Persona agradable, diligente, erudita, que vivió el Renacimiento italiano y ocupó varios cargos oficiales en la Toscana y Amsterdam, capital de la Sabiduría judía de la época; murió allí en 1635. |
57 | Kenneth Krabbenhoft, que ha hecho una selección y edición de los textos de la Puerta del Cielo, asevera en su estudio introductorio: "La cábala surge en los primeros siglos d. C., progenie del encuentro del judaísmo rabínico con la filosofía platónica y otras corrientes contemporáneas, y tiene un desarrollo continuo hasta hoy día". Y posteriormente y refiriéndose a la obra de Herrera: "El objetivo de su obra principal, Puerta del Cielo, fue nada menos que la reconciliación de la cábala de su época con el platonismo y el neoplatonismo paganos, el hermetismo o gnosticismo renacentista y la teología cristiana". Abraham Cohen de Herrera, Puerta del Cielo. Fundación Universitaria Española, Madrid, 1987. |
58 | El Libro de la Claridad. Obelisco, Barcelona, 1992. |
59 | The Bahir. Traducción, introducción y comentarios de Aryeh Kaplan. Samuel Weiser Inc., York Beach, 1989. |
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