LA CÁBALA CRISTIANA FEDERICO GONZALEZ - MIREIA VALLS |
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Jacob Böhme (1575-1624) (Continuación)
Su exposición, impregnada de la simbólica cabalística, se aprecia también en este fragmento:
E igualmente en su concepción cosmogónica, donde identifica la triunidad de los principios emanados del Caos precósmico y siete atributos que se despliegan desde ese mundo, viéndolos a veces como las facetas de la deidad, o bien como las de la materia de la que se compone el universo, pero todo ello en consonancia con las siete sefiroth de construcción cósmica, cuyas equivalencias no coinciden siempre en la denominación, pues ya dijimos que el lenguaje es moldeable y adaptable a los tiempos y circunstancias, sin que eso signifique que sea arbitrario. En De signatura rerum. Signos de la alquimia eterna363 afirma:
Y en otro momento, en cuanto al despliegue cósmico, agrega:
Son muchísimos los estudios que se han dedicado a nuestro autor, y de ellos destacamos el fragmento de este artículo de J. Ferrari aparecido en un monográfico de la revista Le Voile d’Isis:365
Al contrario de la Cábala judía y medieval, la Cábala del Renacimiento es manifestada hacia el exterior como “difusión de la doctrina” y los propios autores de los libros cabalísticos se confiesan tocados por el Espíritu y aceptan pertenecer a una cadena que desciende de Hermes y a cuya genealogía se incorpora el Adepto, y así lo declara sin temor ni vano orgullo; actitud que se hará patente en los manifiestos Rosacruz, y en el mismo Böhme, los cuales proclaman un conocimiento otro distribuido sin restricciones al Occidente, casi con desenfado; más propiamente a una elite intelectual –constituida por una minoría de personas verdaderamente interesadas en este tema– cuya actividad teúrgica no tiene unos fines precisos o particulares, sino la de reforzar los vínculos universales que atraviesan todos los órdenes, manteniéndolos vivos, fuertemente cohesionados, nunca como un bloque rígido, sino como un organismo que puede así seguir respirando, latiendo, y transmitiendo el hálito o soplo vivificador a todos sus órganos y miembros. Alrededor de Böhme se generó un círculo de seres partícipes de todas estas ideas, en mayor o menor grado, que a su vez contribuyeron a difundirlas por distintos medios. Al respecto, leemos:
Y no olvidemos a Gichtel,367 que realizó los espectaculares grabados en cobre que complementaron los escritos del teósofo, y que seguidamente dejaremos que nos envuelvan en su atmósfera atemporal, no sin antes señalar que el impacto de su maestro se ha prolongado por mucho tiempo, influyendo en poetas, escritores, filósofos, tal lo acontecido con Swedenborg,368 Novalis, Goethe, e incluso llegando hasta nuestros días, donde aún hoy existen grupos en diversos puntos de Europa que desde diversas perspectivas lo estudian, lo leen, escriben ensayos, etc., tal el impacto de sus revelaciones y palabras. También mencionamos a los que lo apoyaron en la edición de sus obras, como Johann Rhamba, pues mostraron valentía dado que a Böhme se le prohibió escribir después de publicar Aurora,369 cosa que respetó durante seis años, pero al poco tiempo retomó la labor con fervor y lo hizo medio a escondidas, protegido y animado por sus amigos hasta el fin de sus días. De sus obras destacamos: Espejo temporal de la eternidad; El camino para ir a Cristo; Tratado de la triple vía del Hombre; Tratado de la elección de la Gracia; De los tres principios de la Esencia Divina; Cuarenta cuestiones sobre el origen; De la incantación de Jesucristo; Mysterium Magnum; De signatura rerum; Mysterium Pansophicum; Diálogos místicos, y muchas más. Aquí hemos presentado una pequeña selección de las láminas sobre los libros de Jacob que ha publicado Alexander Roob en su extraordinario libro Alquimia y Mística. El museo hermético,370 cuyos acertados comentarios muestran que ha estudiado a fondo al teósofo alemán y su sintético empleo de la simbólica hermético-cristiana-alquímica y cabalística. Y para terminar, este canto al Amor, punto en el que se resuelven todas las tensiones, y que en el pensamiento de Böhme se equipara a la más alta realidad espiritual, mucho más allá de cualquier consideración de tipo religioso o sentimental:
En cuanto a la vigencia de todo este pensamiento en Alemania y su ámbito de influencia, aún nos falta hablar de una obra que a modo de antología de textos cabalísticos tuvo una gran repercusión desde su aparición, ya en los epígonos del Renacimiento, hasta la actualidad; se trata de la Kabbala Denudata, de la que ahora nos ocuparemos brevemente. |
NOTAS | |
361 | Aurora, op. cit., pág. LXXV-LXXVI. |
362 | Las confesiones, op. cit., pág. 94. |
363 | Jakob Böhme, De signatura rerum. Signos de la alquimia eterna. Mra Editorial, Barcelona, 1998, pág. 36. Introducción y notas de J. García Font. |
364 | Ibid., pág. 157-158. |
365 | J. Ferrari, "Cosmogonie de J. Böhme", en Le Voile d’Isis. Jacob Böhme. París, 1995, pág. 294. |
366 | Aurora, op. cit., pág. LVIII-LIX. |
367 | En el número especial que la revista Le Voile d’Isis dedicó a Böhme, figura esta nota sobre su discípulo, gran ilustrador de las obras de Jacob –que aunque no le llegó a conocer pues Böhme ya había muerto cuando él nació– sí que se dejó penetrar a fondo por sus obras. Fue también escritor de textos herméticos. La cita dice: "Gichtel (1638-1710) fue un gran admirador de J. Böhme y puso en práctica toda su teoría; su vida es una demostración a posteriori de todos los principios de Böhme. Aunque laico y luterano, Gichtel ejerció el sacerdocio en el sentido más vasto y elevado. Vivió en retiro y celibato, y pasó su vida haciendo el bien. Además de su obra, tenemos de él seis volúmenes de Epístolas. Gichtel publica una edición en alemán (la tercera de las Obras completas de Böhme, Amsterdam, 1682, 10 vol. in-8, con figuras mágicas)". Las Epístolas Teosóficas fueron publicadas en 1722 y su otra obra Teosofía práctica en 1696. Ver L. V. d’I., Jacob Böhme. París, 1995, pág. 338-339. |
368 | Este renombrado sueco (1688-1772) fue asesor del Real Colegio de Minas y ocupó otros cargos públicos, además de interesarse y escribir varias obras de corte científico (Principios de las cosas naturales, La organización del reino del alma, El reino del alma, etc.), llegando a ser el editor y redactor de la primera revista sueca sobre tecnología y ciencia titulada Daedalus Hyperboreus. Hombre acaudalado, viajó durante años por Europa y residió en diversas ciudades, donde promovió y participó en asociaciones científico-culturales. A partir de un determinado momento empezó a tener una serie de experiencias espirituales y visiones sobre la Ciudad Celeste que lo acompañarían hasta el fin de sus días, lo que le valió el descrédito desde el ámbito cientifista. Escribe sobre todo ello en diversas obras de las que destacamos: Los arcanos celestes, Apocalipsis revelado, El último juicio y la Babilonia destruida, El caballo blanco, etc., en las que no deja de percibirse el influjo de la corriente sapiencial transmitida por Böhme. |
369 | La obra cae en manos del arcipreste luterano de Görlitz, Gregorius Richter, quien la condena por herética, emprendiendo desde entonces un acoso hacia Böhme que se prolongará hasta su muerte, poco antes de la de Jacob. |
370 | Alexander Roob, Alquimia y Mística. El museo hermético. Taschen, Italia, 1997. |
371 | Las confesiones, op. cit., pág. 118-119. |
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