70 

Más allá no es fuera, sino dentro. Lo invisible es tal porque jamás podrá verse con los ojos de los sentidos. Confundimos la personalidad con el Yo y creemos que el premio prometido es esta ruindad, esta nada que somos y vemos alrededor. Tenemos que empezar por entender que lo incognoscible no nos es conocido. Que todo lo ignoramos; que cualquier cosa que podamos imaginar desde el plano de visión ordinario y profano que tenemos nada tiene que ver con la realidad. Dios es un asombro siempre nuevo. Por suerte nada ha tenido que ver con nuestras concepciones vulgares.


Clic sobre el icono para escuchar el audio