Hoy ha llegado el momento de evocarte, mujer
de mis sueños. Te recuerdo perfectamente como si tu cuerpo desnudo
estuviese aquí conmigo. Tu piel de caucho térmico, que
recorro poco a poco. ¡Cómo te quería! ¡Cómo
deseaba tus senos convenientemente pasteurizados y homogeneizados!
Conocía tus recónditos secretos industriales y la suma
indefinida de tus actitudes siempre nuevas. Me hacías tanta
gracia, con tu voluntad mecánica aplicada meticulosamente a
pequeñeces, cada vez más pequeñas, para mi gusto...
aunque no cesaba tu empeño, ni tu bizarría. Conversábamos
hasta el amanecer y a cada estímulo mío aplicabas el
cassette adecuado. En este caso la grabación No. 16, lado A, 4to. tema. "Reconciliación amigable con picardía y
sin perder ninguna posición, tratando de que él se sienta
culpable para obtener ventajas varias". Interesante alarde de la técnica
electrónica, casi como si fuera cierto. Aquí están
tus húmedas sinuosidades, también el intestino menor
y el mayor, el rosado luminoso de tus vísceras, tus fluidos
nocturnos. Te he conocido como nadie. Varias veces te he parido sin
resultado. Adorada compañera, maravilloso odre de piel inflado
convenientemente, finamente decorado y animado. Has de saber mujer
inflable que eres la madre del niño pneumático. Y vives
en mi recuerdo como si alguna vez hubieras existido.
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