Lo sagrado,
que casi nada tiene que ver con la música de órgano,
es una forma de percepción
distinta de la vulgar llamada con precisión profana. Confundido
con lo que hoy significa la palabra místico, algo vagamente
conectado con lo emocional o 'espiritual', lo sagrado es para el hombre
'corriente', una posibilidad más, tal como la antropología
filosófica. O una profesión para algunos idealistas.
A veces aún es peor, se lo fantasea como algo moral, relacionado con
costumbres temporales y prejuicios que se suponen buenos. También
una vía de escape de ilusos o estúpidos; quizá la
inevitable confusión con la superstición, el fraude y
lo demoníaco. Muy probablemente se vincule a lo sagrado con
la custodia de ritos y símbolos de los que todo se ignora y
que ya no tienen ningún sentido. Tal vez desde el plano profano
se imagina al espacio de lo sacro como algo que está en otro
lugar físico, en otros mundos materiales imaginativos. Acaso
se lo asimile a un hobby o pasatiempo del tipo de la filatelia. Todo
es posible en la multiplicidad. Recuperemos la noción de alto
y bajo, cielo y tierra.
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