Lo invisible
es lo más atractivo. Lo
que casi no existe, lo tenue, lo fugaz, lo delicado, lo más
pequeño de todo, es lo más bello y lo más difícil
de obtener; lo más escaso. Los entendidos son capaces de dar
su fortuna por eso. Siendo así, es lógico pensar que
aquello es lo que más cuesta. Tan increíblemente maravilloso
como único; la gente realmente ambiciosa es lo que pretende.
Sin duda lo mejor, si supiéramos qué es lo verdaderamente
conveniente; resulta mucho más raro, cuando sabemos que lo
hemos tenido desde siempre.
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