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Yetsirah es también época de tesoros escondidos que con sus engañosas luces prestadas puede hacemos claudicar. Las posibilidades de la fantasía y los elementos para llevarlas a cabo están en nuestro poder. Similar es Asiyah a Yetsirah, sólo que con anteojos obscuros. Por eso Yetsirah es un paso en nuestra navegación. Un plano que hay que ir atravesando muy cuidadosamente, con toda energía y precisión. Sabiendo que el fin de nuestro camino está mucho más allá; que nuestra meta es Kether, la corona, que se halla sobre la cabeza, lugar éste donde aun se aloja el cerebro y su perpetua dualidad. La presa no es humana; y suceda lo que suceda sólo llegarán aquéllos que "perseveren hasta el fin".