En
el ciclo de la vida de un hombre, según
el catolicismo, siete grados o escalones jalonan su recorrido. El bautismo
lo prepara y limpia; comienza el paso de las aguas. La confirmación
lo reafirma con una cachetada. Antes de la comunión con la deidad
es necesario pasar por la purga de la confesión donde el tiempo
se regenera y basta la contrición presente para borrar la memoria
y la culpa; es la actualización del tiempo previa a la unión.
Luego el orden sagrado y el matrimonio comprometen la unión
de los actuantes, consigo mismos y con su realización, al ser
los ministros plenipotenciarios del padre; para ser liberados finalmente
por la extremaunción, el despertar del último chakra,
la culminación total. Hay misterios gozosos, gloriosos y
dolorosos. Nosotros somos la Iglesia.
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