Con veintidós signos o claves conocidas
con el nombre de letras se completa un código que abarca la
totalidad de las cosas que pueden ser nombradas, sin exclusiones ni
omisiones posibles. Diez son los dígitos con los que se pueden
obtener las indefinidas combinaciones de las posibilidades numéricas.
Las letras son complementarias a los números como la geometría
lo es a la aritmética. Conjuntamente definen a su manera las
posibilidades de la forma en el espacio y el tiempo. Nada hay fuera
del lenguaje salvo lo Innombrable. Un lenguaje es una estructura que
revela la totalidad significativa y su significado significante. Es
la expresión del Verbo hecho carne, encarnado. Todo lo manifestado
configura un código o lenguaje, perfectamente legible y audible
para quien quiera descifrarlo.
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